Afable, cercana y sencilla. Así se mostró ayer la reina Sofía en la inauguración oficial de la XXI edición de la exposición Las Edades del Hombre que, bajo el título de Aqva, reúne 138 obras de arte que se podrán admirar en Toro hasta el 14 de noviembre. La expectación generada en la ciudad por la visita de su Majestad se dejó notar desde primera hora de la mañana cuando operarios municipales y de la empresa concesionaria del servicio de agua se afanaban en dejar más limpias las calles que, posteriormente, recorrió la reina emérita para dirigirse, desde la Colegiata hasta la iglesia del Santo Sepulcro, las dos sedes que albergan la muestra de arte sacro.

De forma escalonada, los invitados a la inauguración oficial de Aqva accedieron al mirador del Espolón, situado junto a la Colegiata, para esperar la llegada de la reina Sofía. Faltaban pocos minutos para las doce del mediodía cuando el helicóptero que trasladó a su Majestad a Toro aterrizó en el polideportivo municipal, en el que se produjo la primera anécdota del día, ya que, tras posarse en el césped, el rebufo provocado por el movimiento de las aspas provocó el desplome de parte de uno de los muros del recinto. Ya en tierra firme, la reina, ataviada con un pantalón negro, una chaqueta azul y pañuelo oscuro al cuello, se trasladó en coche hasta el mirador Espolón donde, fue recibida por el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; la secretaria de Estado de Turismo en funciones, Isabel Borrego; la presidenta de las Cortes Regionales, Silvia Clemente; el alcalde de Toro, Tomás del Bien; el cardenal y presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez o el prelado de Ávila y a su vez presidente de la Fundación Las Edades del Hombre, Jesús García Burillo, entre otras autoridades civiles y eclesiásticas.

A pie, completó la escasa distancia que separa el Espolón de la entrada sur de la Colegiata y acceso principal de Aqva, junto a la que esperaba otro nutrido grupo de invitados al acto de inauguración, entre los que se encontraban la vicepresidenta de la Junta, Rosa Valdeón; el secretario de organización del PP y diputado, Fernando Martínez Maíllo; la consejera de Cultura y Turismo, María Josefa García Cirac; la presidenta de la Diputación, Mayte Martín Pozo; el delegado territorial de la Junta, Alberto Castro o el ex ministro, Jaime Mayor Oreja, al margen de otras autoridades civiles y eclesiásticas y de responsables de las empresas patrocinadoras del gran evento cultural. Ya en el interior del templo, doña Sofía pudo admirar las obras que vertebran los cuatro capítulos de la exposición que acoge la Colegiata y mostró un especial interés por el Pórtico de la Majestad sobre el que, como reconoció el comisario de Aqva, José Ángel Rivera de las Heras, formuló diversas preguntas sobre su autoría, la época en la que fue esculpido o la iconografía que decora cada una de sus arquivoltas.

Durante el recorrido, la reina también pudo intercambiar impresiones con varios de los artistas contemporáneos que exhiben piezas en Aqva como Antonio Martín Alén, Antonio Pedrero o Carlos Piñel, quien se comprometió a enviar a doña Sofía un libro sobre una serie de relieves del siglo XVI de la Universidad de Salamanca en los que se inspiró para realizar su obra "Medium TenuereBeati" que se exhibe en Las Edades del Hombre de Toro.

En el recorrido por el interior de la Colegiata, que se prolongó más de lo previsto porque su Majestad realizó numerosas paradas para admirar los fondos de la colección, la comitiva realizó un alto en el camino en una de las salas que alberga varias esculturas sobre el Bautismo de Cristo, para recibir la calurosa bienvenida del obispo de Zamora, Gregorio Martínez, en su calidad de anfitrión. En su alocución, el prelado agradeció a doña Sofía que, una edición más, haya "presidido" la inauguración de Las Edades del Hombre, "ennobleciendo y suscitando un digno interés por la exposición" y "mostrando el continuo apoyo de la Casa Real" al programa cultural.

Martínez también manifestó su gratitud a las instituciones públicas y privadas, así como a las personas, entidades y empresas que han cedido obras con las que han contribuido a que Aqva "se presente como un aljibe rebosante de belleza artística". El obispo también instó a todas las personas invitadas al acto de inauguración a que se conviertan en "divulgadores convencidos y convincentes" de la muestra, con el objetivo de que "sus palabras sean canales por los que fluya la noticia de la caudalosa belleza artística" que aúna la exposición. Cerró su alocución el prelado invitando a los vecinos de Castilla y León, de España, de Portugal y de "otras latitudes" de Europa a que, en los próximos meses, "pongan rumbo a la noble ciudad toresana, tan llena de historia y arte" para visitar Aqva y para "quedar saciados en su sed de profunda belleza ya que beberán el agua como Cristo nos prometió, como un manantial inagotable de esperanza y de verdad".

Tras el discurso ofrecido por el obispo de Zamora, la reina prosiguió el recorrido por la Colegiata y, una vez concluido, tras admirar las privilegiadas vistas de la vega de Toro desde el mirador del Espolón se dirigió a la portada norte del templo donde posó para una fotografía de familia con autoridades e invitados. Acto seguido y, entre fuertes medidas de seguridad, la reina completó a pie, por la calle La Mayor y la Plaza Mayor de Toro, la escasa distancia que separa la Colegiata de la iglesia del Santo Sepulcro, recorrido en el que estuvo arropada por miles de toresanos que quisieron transmitirle su cariño y muestras de afecto, mientras otros esperaban desde balcones, engalanados con banderas de España o mantones de Manila, su paso. En la segunda sede de la exposición Aqva, doña Sofía volvió a demostrar que una de sus pasiones es el arte y, de forma especial, se detuvo a admirar la pila bautismal de Quintanilla del Monte y las piezas de platería que la bordean, así como la sala dedicada a los santos, cuya historia o leyenda, está vinculada directamente con el agua. En el exterior del templo, numerosos toresanos aguardaron la salida de la soberana, entre los que se encontraban los concejales del Ayuntamiento a quienes saludó con afectó o la pareja del alcalde a quien felicitó por su primer embarazo, gesto que "podré contar a mi hija cuando nazca", reconoció la esposa de Del Bien.

Entre aplausos y numerosas muestras de cariño, la reina fue despedida por los toresanos en la Plaza Mayor, después de una visita que se prolongó durante casi dos horas y durante la que pudo admirar parte del rico patrimonio que atesora la ciudad y, sobre todo, sentir el calor de sus emocionados vecinos. A partir de hoy y hasta el 14 de noviembre, toresanos y visitantes podrán disfrutar de la magna exposición Aqva que compila obras de escultura, pintura, platería, fondos bibliográficos, alfarería, fotografías o antiguos azulejos.