Energía

La industria nuclear mueve ficha y pide al Gobierno retrasar el cierre de las centrales

La Sociedad Nuclear Española, que agrupa a eléctricas, grupos industriales y profesionales del sector, reclama aprovechar la revisión obligatoria de los objetivos energéticos hasta 2030 para aplazar el apagón nuclear

La central nuclear de Trillo, en Guadalajara.

La central nuclear de Trillo, en Guadalajara. / Foro Nuclear

David Page

El Gobierno pactó en 2019 con las grandes eléctricas un calendario para el cierre progresivo de todas las centrales nucleares que conducirá al apagón atómico total en el país. El acuerdo con Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP contempla una clausura escalonada de las plantas que arrancaría en 2027 y culminaría con el último el cierre en 2035.

En plena crisis energética varios países europeos han revisado su decisión de prescindir de manera temprana de su parque nuclear, y la industria nuclear española ahora mueve ficha para meter presión al Gobierno para que siga sus pasos. La Sociedad Nuclear Española (SNE), una organización que agrupa a profesionales del sector nuclear y también a empresas vinculadas -entre ellas, Endesa, Iberdrola, Naturgy, EDP y sus sociedades conjuntas en este negocio- ha lanzado un manifiesto con el que reclama al Ejecutivo que retrase los plazos de cierre previstos y prolongo la vida de las centrales nucleares españolas.

La organización pide al Gobierno que aproveche la obligada revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que debe hacer este año para incluir en la nueva hoja de ruta energética hasta 2030 el mantenimiento de al menos los reactores cuya clausura está prevista a lo largo de esta década.

“Lo prudente y razonable es, al menos, retrasar el cierre de la generación nuclear en España, conclusión a la que están llegando en todos los países de la UE, excepto España”, sostienen los socios de la SNE en un manifiesto, alertando de la conveniencia del aplazamiento del apagón nuclear en un contexto de crisis y de volatilidad de precios energéticos, y por la necesidad de mantener la autonomía energética de los países por la presión geoestratégica actual y ahondar los esfuerzos de producir electricidad sin emisiones para luchar contra la emergencia climática.

Durante décadas

La clausura gradual y escalonada de los siete reactores españoles acordado en 2019 con las grandes eléctricas contempla que Almaraz I cerrará en 2027, Almaraz II en 2028, Ascó I en 2030, Cofrentes en 2030, Ascó II en 2032, Vandellós II en 2035 y Trillo también en 2035. Con este cronograma, hasta 2030 española dejará fuera de su sistema eléctrico cerca 4.000 MW de potencia.

“Eso supone perder un 12% de la electricidad generada en nuestro país y una fuente de energía que está conteniendo los precios del mercado mayorista”, subraya la SNE en su manifiesto. “A día de hoy, es técnicamente imposible que los objetivos de descarbonización recogidos por el PNIEC se cumplan si se cierran 4 centrales nucleares antes de finalizar el 2030”, sentencia.

El Gobierno se muestra firme defendiendo mantener sin cambios las fechas de clausura acordadas. Desde el Ejecutivo se subraya, de hecho, que ninguna compañía ha transmitido su voluntad de cambiar los plazos y que retrasar el cierre no es una solución que sirva para atender las urgencias provocadas por la actual crisis energética.

El calendario pactado entre Gobierno y eléctricas hará que las centrales nucleares españolas estén en funcionamiento de media unos 46 años desde su puesta en marcha. Desde el sector nuclear se insiste en que no hay impedimentos técnicos para mantener en activo los reactores más de 60 años.

"Como profesionales nucleares, y en base a nuestros conocimientos técnicos y experiencia del sector, avalamos el funcionamiento seguro de las centrales nucleares de este país y su capacidad para continuar operando hasta los 60 años o más sin que exista ningún límite legislativo o técnico que lo impida", recoge el manifiesto. “La fecha de cierre del parque nuclear es un debate que se fundamenta únicamente en criterios políticos y fiscales, no técnicos (…) Países como Estados Unidos, Francia, Japón o Bélgica están ampliando la vida de sus reactores hasta los 60 años e incluso 80. La operación más allá de los 40 años no supone un reto tecnológico ni económico”.

Decisión temprana

La industria nuclear advierte de que los plazos para decidir si se revisa el calendario de cierres de las centrales no son ilimitados y si se quiere retrasar las primeras clausuras la decisión no puede demorarse. Y es que para posponer los primeras clausuras, singularmente la de Almaraz I en 2027, hay que tomar una decisión este año o el próximo como muy tarde. Las nucleares ponen así deberes al actual Ejecutivo o al próximo Gobierno que salga de las elecciones previstas para fin de año.

“2023 es un año clave para España, ya que, si en 2024 no se ha tomado una decisión en firme sobre la contribución de la energía nuclear en el periodo 2030-2050, no habrá vuelta atrás y se confirmará técnicamente el cierre definitivo de Almaraz 1 y su aporte a la red eléctrica española”, alerta la Sociedad Nuclear Española.

Las compañías eléctricas deben afrontar un proceso previo de planificación de inversiones y recursos necesarios y los reguladores han de desarrollar el procedimiento de estudio y de preparación para la prolongación del permiso de explotación de cada central nuclear. En total hacen falta unos tres años antes de que clausure la licencia de explotación de la central.