Transportes

Renfe y Adif fulminan a dos directivos por los trenes que no caben por los túneles de Cantabria y Asturias

Las empresas cometieron un error en las medidas en función a las cuales CAF iban a construir los trenes: eran más anchos que algunas de las galerías por las que deben pasar para llegar a estas dos regiones

Tren Renfe Feve Cercanías en Cantabria.

Tren Renfe Feve Cercanías en Cantabria. / EP

Celia López

La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, trata de frenar el escándalo por el fiasco de los trenes de Asturias y Cantabria con el cese de dos mandos intermedios en Adif y Renfe, las dos empresas de control público encargadas del proyecto. Transportes señala que hay una "responsabilidad compartida" entre ambas compañías, presididas, respectivamente, por María Luisa Domínguez y por Isaías Táboas, pero remite cualquier posible cese añadido o incluso pedir responsabilidades a cargos más relevantes, al final de una investigación interna puesta en marcha por el Ministerio. El cese en Adif se corresponde a la jefatura de Inspección y Tecnología, mientras que en Renfe afecta al responsable de la Gestión de Material de Renfe Viajeros. Ambos grupos se han negado a identificar a los responsables cesados. Hay que recordar que en el caso del caos del AVE a Extremadura Renfe anunció el cese del responsable, aunque posteriormente, como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA en noviembre del año pasado, se descubrió que simplemente había sido trasladado de puesto.

El proyecto de los trenes en Asturias y Cantabria, que estalló al descubrirse que los nuevos trenes de media distancia no cumplen las medidas exigidas para transitar por algunos de los túneles de estas comunidades, sufrirá, según explica el Ministerio, un retraso de dos años en la entrega de los primeros trenes, que estaba prevista para octubre de 2024. Desde Transportes se asegura que todas las partes se han comprometido a acortar los plazos todo lo posible. Además, también sufrirá un sobrecoste, aún no estimado, sobre los 250 millones iniciales por el aumento de precio de las materias primas que reflejará la nueva licitación que se precisa.

Transportes ha convocado para este miércoles una mesa de trabajo en la que participan todas las partes implicadas, incluyendo a las comunidades autónomas de Asturias y Cantabria, para supervisar más directamente el proyecto. Tanto el presidente de Asturias, el socialista Adrián Barbón, como el de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, habían pedido que rodasen cabezas por esta equivocación ante "la falta de credibilidad" del Ministerio de Transportes. Barbón ha tildado este episodio como "una chapuza propia de Pepe Gotera y Otilio".

Desde Adif se subraya que el cese "preventivo" anunciado "permitirá la participación de otra persona en el grupo de trabajo que se va a crear en el seno del Ministerio de Transportes para cerrar con celeridad el diseño del tren licitado por Renfe, mientras se realiza la auditoría". Además, promete que "colaborará con absoluta transparencia en la auditoría de Transportes y valorará sus conclusiones para proceder a los ajustes organizativos de carácter definitivo que se recomienden".

En cuanto a Renfe, la empresa pública ha señalado que su presidente "ha cesado de su actual responsabilidad en Gestión de Material en la Dirección Técnica y de Operaciones al que era gerente de Área de Gestión de Material de Renfe Viajeros en el momento de la gestación del proyecto de trenes de vía estrecha".

Renfe ya ha alcanzado un acuerdo con CAF, Adif y la Agencia de Seguridad Ferroviaria (AESF) para desatascar el problema con los gálibos de los nuevos trenes de ancho métrico destinados a los servicios de cercanías y media distancia de Cantabria principalmente, pero también para Asturias, País Vasco, Galicia, Castilla y León y Murcia.

En concreto, la AESF tiene que autorizar la aplicación de un método que no recoge la normativa española pero sí la europea, y desarrollar sus procedimientos, según informa Europa Press. Se trata del llamado 'método comparativo', que consiste en la utilización de un tren que actualmente circula por las líneas como referencia para los nuevos trenes, que Renfe aportará.

CAF también tendrá que contratar una empresa especializada en la aplicación de este método y el contrato entre Renfe y la empresa tendrá que ser modificado para introducir un seguimiento del proyecto con ese tren de referencia. Por su parte, Adif también tendrá que aportar los datos de caracterización de la infraestructura y comprometerse a mantenerla en los mismos parámetros.

Origen del problema

El origen del problema se encuentra en los gálibos publicados en la declaración sobre la red de Adif, que Renfe usó para describir las características técnicas de los nuevos trenes en un contrato que publicó en 2019 para adquirir 31 trenes de ancho métrico, destinados a renovar la flota de la red de cercanías y media distancia, principalmente en el norte del país.

En junio de 2020, Renfe le adjudicó este contrato a CAF, fabricante de trenes y autobuses con sede en País Vasco, por 258 millones de euros. Cuando preparaba el proyecto, CAF se dio cuenta de que había un error en los gálibos y que las vías no soportarían los trenes encargados y se lo trasladó a su cliente, Renfe.

El contrato adjudicado en 2020 fijaba en 220 meses el plazo de ejecución del contrato, en torno a 18 años y cuatro meses. Como incluía el mantenimiento durante 15 años de algunas unidades, los tres años y cuatro meses restantes sería el plazo para la fabricación de los trenes, aunque normalmente se entregan de forma progresiva. Por ello, los primeros trenes tendrían que haber estado listos, como tarde, en octubre de 2024.