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Bisila Bokoko: "España todavía no ha entendido bien la palabra emprendedor"

La empresaria valenciana de origen ecuatoguineano afincada en York defiende que el éxito es la libertad de hacer lo que a uno le gusta

Bisila Bokoko.

Bisila Bokoko.

Marta López

Bisila Bokoko (Valencia, 1974) es una empresaria española asentada en Nueva York desde hace más de dos décadas. De origen ecuatoguineano, fue durante siete años directora ejecutiva de la Cámara de Comercio España-Estados Unidos y actualmente es CEO de su propia firma, BBES, consultora que ayuda a posicionar marcas en los mercados internacionales, una tarea que compatibiliza con el proyecto que más le ilusiona, el African Literacy Project, para levantar bibliotecas en África, y con las conferencias que imparte por todo el mundo.

-A Bisila Bokoko se la define como empresaria, emprendedora, filántropa, conferenciante. ¿Cómo se define usted?

-Me defino como una mujer en evolución constante, como hija, esposa, hermana, amiga, más que todas esas etiquetas. Me gusta más verme más como la persona que soy. Y es una persona que quiere estar en el negocio de hacer el bien.

-¿Y cómo hace el bien una empresaria como usted? ¿Con la filantropía, otra de sus facetas?

-Creo que muchas veces cuando pensamos en cómo hacer el bien, pensamos siempre en la filantropía, que no es una palabra con la que yo específicamente me sienta identificada, aunque muchas veces se me defina así. Hacer el bien es una manera de estar en el mundo, es una forma de ejercer el liderazgo y cuando hablo de liderazgo no me refiero solo a puestos de responsabilidad.

-¿Que es para usted el liderazgo?

- Pues para mí, el liderazgo es una manera de ser y compartir tu propósito con otras personas. Muchas veces el liderazgo está entendido como tener puestos de responsabilidad o ser jefe, pero pienso que simplemente es comprometerte con tu propósito y que las personas que te rodean entiendan ese compromiso y quieran formar parte de ese compromiso. Y creo que además que el líder tiene que ser humanista. Hablamos una empresa como algo que está fuera, como una entidad que está fuera de nosotros y para mí la empresa somos nosotros, son las personas que forman la empresa. Para mí el liderazgo humanista es el liderazgo del siglo XXI. Creo en un liderazgo de personas con personas para personas.

-Viendo su trayectoria, la suya ha sido una carrera de éxito. ¿Cuál es la clave?

-Creo que al final, más ha sido una carrera de obstáculos. Y he sido muy consciente de todas las caídas. Y también me he responsabilizado de las caídas porque muchas veces las he provocado yo por mi propio ego, mi propia arrogancia. A veces cuando uno tiene éxito, por así decirlo, de muy joven, se deja llevar por ese ego y en mi caso, al final, de lo que me he dado cuenta es que el éxito para mí es la libertad. Yo vengo de una cultura empresarial donde era súper importante conseguir unas cifras, conseguir unos objetivos, donde hace 30 años había muy pocas mujeres (en el ámbito internacional) , con lo cual tenía mucha necesidad de demostrar. Y ese perfeccionismo me hizo cometer muchos errores. Y eso no era éxito porque tampoco lo vivía de verdad como éxito. El éxito es la libertad, no el dinero ni el 'puestazo' que tienes, ni la gente que conoces, sino la libertad de hacer lo que realmente te gusta.

-Dice que el éxito le llegó joven pero no tuvo que ser fácil para una mujer negra que se crio en la Valencia de los años 70

- Lógicamente el crecer en una España en la que no había mucha diversidad ha sido muy difícil. Ya tenía el peso de ser mujer y encima... era negra. Yo iba a muchas reuniones y la gente daba dos saltos atrás cuando me veían. Si antes había hablado por teléfono o me había comunicado con carta en mi perfecto español a muchas personas les cambiaba la expresión de la cara cuando me conocían porque no se imaginaban que era negra. Entonces, claro que esto ha tenido un peso, pero no he querido que esto me haga víctima de las circunstancias. Sino que quise transformar esta situación en una ventaja competitiva. Entonces, en lugar de ir a las reuniones pensando bueno, fíjate, soy negra y soy mujer, pues iba pensado que esto puede ser una ventaja, pues soy multicultural y porque soy mujer tengo una intuición y unas capacidades que puedo poner al servicio de la empresa. Yo siempre digo que tienes dos opciones en la vida: puedes elegir ser la creadora de tu vida y cambiar un poco la historia o ser víctima de las circunstancias. Es decir, yo no puedo cambiar la situación social en España en relación a las personas diversas, pero sí que puedo cambiar como me veo yo.

-¿Qué papel ha tenido la educación en su carrera?

-Absolutamente todo que ver. He tenido la gran ventaja de tener unos padres muy comprometidos en la educación, que viene además de varias generaciones. Mis padres ya nacieron en un entorno en que la eduación era importante. Ambos vinieron a España con el fin de estudiar y ambos fueron a la universidad. Por otro lado, además mis padres hicieron que mi educación no fuera al uso, porque sabían que lo que me mostraban en el colegio no eran suficiente para la educación que yo necesitaba como personal multicultural, con lo cual también me hicieron a leer muchísimo acerca de entender la esclavitud, la colonización, el panafricanismo, la negritud. Tuve una educación muy abierta. No ha sido una educación normal pero ha tenido todo que ver en mi camino.

-¿Es por eso que impulsó un proyecto de alfabetización en África?,

- Yo era una africana descafeinada. Conocía África por los libros pero hasta que tuve 35 años no puse un pie en el continente. Y en ese viaje me iba encontrando con muchas personas que no tenían ningún tipo de acceso la educación. En ese viaje pasaron ciertas cosas que determinaron que si yo había conocido a África a través de los libros, ellos también podían conocer el mundo. Y ahí empezó un poco el proyecto de las bibliotecas. Yo había tenido una educación privilegiada y cuando ves que otras personas no han tocado un libro con sus manos, no te lo puedes creer.

-¿Cómo ha evolucionado ese proyecto?

-El proyecto sigue siendo pequeño. La verdad es que ha tenido mucha más visibilidad en los últimos años, pero lleva desde el año 2010 y empezó con una biblioteca en en Ghana. Luego pasó a Uganda, Zimbabue y a Kenia. Ahí tenemos bibliotecas propias. En Guinea Ecuatorial Nigeria, Camerún y en otros países hemos colaborado. A Guinea ecuatorial mandamos 20.000 libros el año anterior gracias a España. Todas las universidades españolas se implicaron y nos donaron libros porque los estudiantes de la Universidad de Guinea Ecuatorial no tenían libros propios. Para nosotros ha sido vital el que haya esta transferencia de conocimiento de un país a otro con el que nos unen tantos lazos pero del que también estamos tan separados.

 -¿Cuál es su visión de África?

 -Yo me defino como una 'afroptimista'. Si antes se definía a África como el continente olvidado, sin esperanza, yo lo que veo es una población joven muy dinámica, muy creativa, con muchísimas ganas de hacer cosas. Hay un espíritu emprendedor inmenso. Por supuesto, África tiene 54 países, no se puedes hablar de África así en general. Pero sí que creo que hay países que tienen muy buenas noticias, que están evolucionando muy bien y que hay progreso.

-Y siendo así, ¿cómo valora la aproximación que se hace desde Europa al tema de la inmigración?

-Vemos a África siempre como una amenaza, vienen aquí a 'invadir'. Y esto no pasaría si se le viera más a nivel colaborativo. Viendo un poco la situación geopolítica que existe hoy en Europa y como los recursos nos hacen ser dependientes de otros países, creo que tenemos que tener una cultura mucho más colaborativa y quizá África, que está aquí al lado, puede ser ese socio que estamos buscando y que no hemos mirado. Pienso que sería muy interesante que Europa mirara a África de otra manera, más como un socio en lugar de una amenaza

-¿Y esto es responsabilidad de la clase política, de la clase económica, de la sociedad?

-Creo que es responsabilidad de todos. Mucha gente tiene una visión completamente distorsionada de África, se ha quedado con imágenes de la Etiopía de hace 30 años . Sin embargo, hay otra África mucho más dinámica y creo que es un tema de responsabilidad empresarial que los empresarios también miren hacia allí para poder buscar el potencial económico que puede haber.

-Estuvo varios años al frente de la Cámara de Comercio Estados Unidos-España y ahora como consultora ayuda a empresas españoles a posicionarse en los mercados internacionales.. ¿Cómo está la marca España?

-La marca España ha tenido siempre un problema, que es no creerse que es una buena marca. Cuando yo estaba en la Cámara, muchas personas venían con ese complejo. La marca España sigue teniendo un gran potencial. Y creo que es muy importante que nosotros nos lo creamos y sintamos que podemos ir por al mundo y tener una posición de liderazgo en los mercados internacionales.

-¿Falta espíritu emprendedor en España?

-Pues yo diría que no falta porque yo he visto empresarios españoles ir a sitios recónditos a vender sin hablar el idioma ni tener idea del país. O sea, que no creo que que nos falte, sino que lo que creo es que esa palabra todavía no la hemos entendido bien. Pero yo creo que siempre ha habido emprendedores que han abierto muchas puertas. Lo que pasa es que no hemos llegado a estar en paz con ese término, todavía vemos al emprendedor como un valiente, un osado. Incluso creo que el tema del emprendedor viene también del miedo al fracaso, al qué dirán. Ese miedo nos frena mucho en España y el emprendedor va a fracasar porque es parte del camino, es un aprendizaje.

-¿Entonces hay que perder el miedo e emprender y a fracasar?

-Yo creo que sí. Hay que hacerse amigo del miedo porque emprender da miedo. Pero cuando tus sueños sean más grandes que tus miedos, lo vas a hacer.