Arranca el nuevo curso y el empleo vuelve a repuntar, tras los malos datos que dejó en el final del verano. Las empresas planifican la nueva temporada y para ello tiran de contrataciones, a un nivel intenso en comparación con los meses previos a la pandemia y pese a la incertidumbre y la alta inflación que sigue sobrevolando el tramo final del año. El mercado laboral entra ahora en una fase de transición hasta el invierno, en la que si el empleo va bien significará que resiste la embestida y no perderá ocupados. Si va mal, la destrucción será más intensa y gran parte de la ocupación creada durante la primera mitad del año -la tradicionalmente buena- será barrida. Un medidor simbólico será si España consigue retener o no la cota de los 20 millones de trabajadores en activo.

España cerró el mes de septiembre con 29.286 afiliados más a la Seguridad Social, hasta un total de 20,18 trabajadores en activo. El paro, por su parte, siguió creciendo -por tercer mes consecutivo- y aumentó en 17.679 personas; si bien este fue un incremento menor que en la gran mayoría de septiembres pre covid y deja la cifra total de desempleados por debajo de la cota de los tres millones.

Contratar a más personal es sinónimo de que la dirección confía en tener actividad y precisar esas manos extra a corto plazo. Y, de momento, el empleo en España vuelve a ser un indicador que invita a la tranquilidad, frente a los augurios de frenada económica y desaceleración de otras estadísticas. El dato de creación de empleo fue este septiembre el mejor en 15 años, si se descuentan los ejercicios 2020 y 2021, muy condicionadas las contrataciones y la actividad económica por las desescaladas y reaperturas de ciertos negocios.

Por sectores, las contrataciones en colegios, institutos y demás entidades educativas sostuvieron el grueso de esa creación de empleo. Unas nuevas firmas que en la mayoría de casos obedecen al mismo patrón temporal: en junio o julio se finiquitan los contratos para volver a llamar a filas a las mismas personas en septiembre, ahorrándose así los centros pagar vacaciones y en detrimento de los derechos de los trabajadores. Una rotación que el sector educativo -gran parte de él ajeno a las normas de la nueva reforma laboral- no da señales de corregir.

Por el contrario, aquellos negocios del comercio y la hostelería que apuran más la temporada acabaron de desprenderse en septiembre de aquellos refuerzos veraniegos. Suprimiendo el facto estacional, las actividades que mayor tirón están mostrando son los servicios informáticos, las actividades postales y de servicios sociales. Y los datos también revelan que la administración pública, después de dos años de refuerzos para apuntalar los servicios durante la pandemia, va rescindiendo parte de esas contrataciones.

La firma de nuevos contratos volvió a denotar los efectos de la reforma laboral y la mitad (53,3%) fueron de carácter indefinido, cuando en el mismo mes del año pasado apenas superaron el 10%. De esos contratos indefinidos, casi el 40% fueron a tiempo completo, otro 40% fueron fijos discontinuos y el 20% restantes fueron a tiempo parcial. La nota negativa para la reforma laboral y sus nuevas reglas es que no consigue doblegar del todo el efecto 'final de mes'. El último día de septiembre se finiquitaron 303.831 contratos; una anomalía respecto a las economías vecinas que las nuevas penalizaciones legales no logran corregir.

El paro sigue al alza

Las estadísticas referentes al paro dejan trazas agridulces este septiembre. Por un lado está la tendencia de fondo, que tras los meses previos de fuerte creación de empleo permite afirmar que en España hay hoy menos parados que en septiembre del 2008, a las puertas de la Gran Recesión. Por el otro están los datos más puramente coyunturales, que muestran que el paro lleva tres meses seguidos al alza -algo normal tras el fin del verano-. Ese final de temporada ha perjudicado más a los hombres (+2,4% de desempleo), que a las mujeres (+1,8%), si bien en las colas del paro sigue habiendo más de las segundas que de los primeros.

El paro subió en todas las franjas de edad, si bien la expansión del empleo durante los últimos meses ha tenido un efecto especialmente beneficioso sobre las franjas de edad más jóvenes. El desempleo de los jóvenes menores de 25 años subió este septiembre en 12.787 personas (6,47%) respecto al mes anterior, aunque el total de jóvenes menores parados se sitúa en 210.273, la menor en un mes de septiembre de toda la serie histórica.