España se ha comprometido con la Unión Europea a recortar su consumo de gas un 7% hasta final del invierno como parte de la estrategia continental de reducir la dependencia de los hidrocarburos rusos y blindarse ante la amenaza de que el Kremlin corte el grifo. El Gobierno español ya ha puesto en marcha un primer paquete de medidas (del apagado de escaparates a las 22.00 horas a los topes en los termostatos), y ahora prepara un programa mayor que enviará a Bruselas este mes y que es el que determinará si se alcanza el objetivo de ahorro prometido.

Por ahora el consumo total de gas en España no frena y sigue creciendo este verano. En agosto, con las primeras medidas de ahorro ya en marcha (de momento orientadas especialmente al recorte del consumo de electricidad), la demanda nacional de gas se elevó un 4,2%, hasta un total de 28.372 gigavatios hora (GWh), según los registros oficiales de Enagás, el operador del sistema gasista español.

Un aumento general que se produce a pesar del fuerte desplome del consumo de gas por parte de la industria y de los hogares en plena subida de precios y que se debe a que las eléctricas duplican la quema de gas en sus centrales para producir electricidad. La demanda convencional -la que concentran el sector industrial y las familias- registró un fuerte descenso en agosto del 37,6%, pero el consumo por parte del sector eléctrico prácticamente se duplicó, con un ascenso del 97,6% en el mes.

Las cuentas del Gobierno

El Ministerio para la Transición Ecológica, comandado por la vicepresidenta Teresa Ribera, reconoce que el consumo de gas en agosto está un 3% por encima de la media de los últimos cinco años (el periodo de referencia para cumplir el compromiso de ahorro entre el 1 de agosto y el 31 de marzo) y lo achaca al incremento del 71% de la demanda para producir electricidad en relación al último lustro.

En plena carrera por recortar el consumo, las eléctricas están aumentando con fuerza en los últimos meses el uso de sus centrales de gas para producir electricidad debido a la caída de la generación de las hidroeléctricas por la sequía, por la de menor aportación de las renovables, y para cubrir las exportaciones disparadas de electricidad a Francia por el parón de más de la mitad de sus centrales nucleares y también a Portugal por la sequía.

La demanda extra requerida por los mercados francés y portugués se está cubriendo con una mayor producción de lLa demanda extra requerida por los mercados francés y portugués se está cubriendo con una mayor producción de los ciclos combinados (las centrales que queman gas para producir), y el Gobierno da por hecho que ese uso adicional de gas para cubrir las necesidades energéticas de países vecinos en una situación de crisis podrá descontarlo del cálculo de ese ahorro del 7% comprometido con Bruselas, como adelantó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. Pero la Comisión Europea de momento deja en el aire el plan español y no da por seguro que el Ejecutivo pueda utilizar esa excepción hasta que concrete cómo articular las medidas obligatorias de ahorro en caso de que se declare el estado de alerta en la UE.

os ciclos combinados (las centrales que queman gas para producir), y el Gobierno da por hecho que ese uso adicional de gas para cubrir las necesidades energéticas de países vecinos en una situación de crisis podrá descontarlo del cálculo de ese ahorro del 7% comprometido con Bruselas, como adelantó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, medio del grupo Prensa Ibérica al que también pertenece este diario. Pero la Comisión Europea de momento deja en el aire el plan español y no da por seguro que el Ejecutivo pueda utilizar esa excepción hasta que concrete cómo articular las medidas obligatorias de ahorro en caso de que se declare el estado de alerta en la UE.

"Si se excluye el consumo de gas para exportaciones netas a Francia y Portugalla caída de la demanda interna de gas en agosto con relación a la media de los cinco años precedentes es del 14%. Aquí ya se incluye el reciente del impacto del plan de ahorro, que ha permitido reducir la demanda eléctrica un 4,6%, equivalente al consumo nacional de gas de un día entero", sentencian fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica. "España no debería tener problema para cumplir los objetivos de ahorro, pero hay que tener cautela porque abarcan ocho meses, hasta marzo".

Y es que el Gobierno confía plenamente en que "el incremento de consumo de gas para producir electricidad no limita las opciones de España para cumplir los objetivos de reducción de consumo de gas", debido a su interpretación de que el Reglamento del Consejo de Europeo que regula los compromisos de ahorro establece que garantizar el suministro eléctrico de otros estados europeos interconectados no computa a la hora de alcanzar esos objetivos.

En agosto, la producción con centrales de ciclo combinado españolas concentró un tercio de toda la electricidad generada en España, según datos de Red Eléctrica de España. El consumo del sector eléctrico concentra ya casi un 60% de la demanda total nacional. En lo que va de año, la actividad de las centrales de gas crece casi un 90% y es la principal fuente de producción eléctrica con un 24% del total. Todo ello en un momento en que los precios del gas ha estado marcando máximos por la incertidumbre por el suministro ruso. 

El golpe del precio

En plena escalada de los precios, las empresas y las familias sí que sigue recortando su consumo de gas desde hace meses y adelantándose a las medidas de ahorro impulsadas por el Gobierno. En el caso de algunas grandes empresas industriales el ahorro es forzoso, y varias compañías han parado la producción de algunas de sus factorías por el lastre que supone la factura energética en su negocio, hasta el punto de que continuar con la actividad implica producir directamente con pérdidas.

En verano se ha agudizado las tendencias que se venían reflejado en meses anteriores. En lo que va de año, la demanda de gas del mercado español ha crecido un 5,1%, impulsada por el alza del 85% del consumo de las eléctricas para sus centrales de ciclo combinado. Un fuerte incremento que no ha podido compensarse pro el descenso de la demanda del 15,2% entre empresas y familias.