El Gobierno portugués ha presentado este lunes el primer gran paquete de apoyo social para ayudar a las familias a combatir el aumento de la inflación. Un paquete valorado en 2.400 millones de euros y que tiene como principales beneficiados a los pensionistas. El primer ministro, António Costa, ha anunciado un aumento extraordinario del 50% de todas las pensiones en el mes de octubre, que se sumará a ayudas directas de 125 euros para todas las personas con ingresos brutos inferiores a los 2.700 euros mensuales, con un suplemento de 50 euros por cada hijo menor de 24 años. Costa ha explicado que estos pagos se realizarán de forma única, aunque el Gobierno luso también ha aprobado medidas de larga duración.

Entre estas medidas está la reducción del IVA de la electricidad del 13% al 6% a partir del próximo mes y hasta finales de 2023. Una medida que deberá ser aprobada antes en el Parlamento, pero que contará con los votos suficientes gracias a la cómoda mayoría absoluta con la que cuenta el Partido Socialista tras las elecciones de enero. La cámara legislativa también deberá aprobar el aumento de las pensiones de entre un 3,53% y un 4,43% en 2023, otra de las propuestas planteadas por Costa. "Los pensionistas verán integralmente repuesto el poder de compra perdido a lo largo de este año", ha asegurado el primer ministro, quien ha añadido que estos aumentos garantizan la sostenibilidad de la Seguridad Social y no alteran los objetivos de reducción del déficit y de la deuda pública.

Protección a los alquileres

El Gobierno luso también ha decidido limitar el aumento del precio de los alquileres a un 2% a partir del próximo año, lejos del máximo permitido por ley, de un 5,7%. El Ejecutivo prevé compensar a los propietarios con deducciones en el impuesto sobre la renta (IRS) y en el impuesto de sociedades (IRC) para que no se vean perjudicados por esta limitación. A esta medida se suman la congelación del precio de los billetes del transporte público a partir del próximo año y la renovación hasta finales de 2022 de la reducción de los impuestos a los combustibles, que suponen rebajas de entre 14 y 16 euros por cada 50 euros repostados de gasolina y de gasoil, respectivamente.

Portugal ha sido uno de los últimos países europeos en anunciar un paquete social de ayudas para combatir los efectos de la inflación. Algo que Costa ha defendido a pesar de las críticas. "Este paquete de medidas ha llegado cuando dije que llegaría. Dije que lo aprobaríamos en septiembre porque era muy importante tener la certeza de que estábamos en condiciones de poder devolver a las familias portuguesas esta cantidad, de 2.400 millones de euros, sin que esto ponga en peligro nuestros objetivos de reducción de deuda y del déficit".