España se prepara para un auténtico boom de nuevas renovables durante los próximos años. La hoja de ruta del Gobierno pasa por prácticamente triplicar la potencia de energías verde hasta 2030. Una expansión que se traducirá en cientos de nuevas plantas solares y cientos de parques eólicos para construcción unos 60.000 megavatios (MW) en una década.

El despliegue de nuevas energías limpias para combatir el cambio climático cuenta con un apoyo social mayoritario. Pero esa simpatía generalizada se torna en suspicacia o abierto rechazo de parte de algunos vecinos que se topan con que la enorme expansión renovable se concreta en la construcción de parques fotovoltaicos o eólicos en sus pueblos o en sus campos.

La Unión Española Fotovoltaica (UNEF), una de las patronales del sector de la energía solar, se ha lanzado a vencer esas reticencias sociales, ambientales o paisajísticas -singularmente cuando se trata de grandes proyectos- que han ido creciendo y que pueden suponer un freno para la transición energética, según publica este domingo El Periódico de España.

La asociación ha lanzado un sello de excelencia que otorga a las nuevas plantas solares que cumplen estrictos requisitos de integración ambiental adicionales a las exigencias legales y que promueven un impacto socioeconómico en la zona de implantación, con la creación de empleo local o la contratación de bienes y servicios de proximidad. UNEF también propone a las empresas energéticas vencer la resistencia social que pueden encontrar permitiendo la entrada de los vecinos de la zona como socios de los nuevos proyectos solares.

“Hay que conseguir que el beneficios lleguen directamente a la comunidad. también los beneficios estrictamente económicos”, explica José Donoso, director general de UNEF. La propuesta de la patronal solar pasa por que las compañías se abran a la participación de los vecinos del propio municipio en el que instalan sus plantas solares y también a los de localidades próximas mediante fórmulas financieras sin riesgo.

Deuda mejor que acciones

La apuesta preferida de UNEF pasa por que los vecinos puedan financiar parte de las nuevas plantas mediante la compra de deuda, a modo de préstamos (con bonos desde 500 euros para que sea accesible para una mayoría) que las empresas deben devolver con rentabilidades garantizadas, que sean lo suficientemente líquidos para que los ciudadanos puedan vender su parte y que no impliquen para los ciudadanos riesgo de pérdida de su dinero.

“Algunas empresas ya lo están haciendo, pero queremos que sea una fórmula que se extienda para generar alianzas sociales, para vencer las resistencias de parte de la población al despliegue de las renovables en su entorno”, indica el director general de la patronal fotovoltaica. A través de plataformas financieras -que han de contar con la autorización de la CNMV para promover financiaciones participativas-, los promotores solares están encontrando una vía de obtener fondos de manera alternativa y también para frenar movimientos de rechazo en las comunidades locales.

UNEF prefiere este tipo de fórmulas de préstamos garantizados para reducir riesgos que presentan de manera más patente la compra de participaciones accionariales. “Participar en el accionariado es una fórmula más delicada, con mayor riesgo. Ser socio del capital puede salir bien o puede salir mal”, subraya Donoso, que apuesta por generalizar la participación de los vecinos en los proyectos mediante préstamos para mitigar el rechazo surgido en algunas regiones.

'Crowdfunding' para paneles solares

Fundeen lleva tres años poniendo en contacto a promotores de plantas solares con pequeños inversores interesados en participar en los proyectos con inyecciones desde 500 euros mediante compra de paquetes accionariales, Durante este tiempo, la plataforma fintech ha movilizado a 11.400 inversores particulares que han aportado 6,8 millones a una quincena de proyectos, a cambio retornos vía dividendos cada semestre o cada año con rentabilidades, según la propia empresa, entre el 6 y el 7%.

Los proyectos impulsados por Fundeen se han desarrollando mediante inversiones de particulares que compraban participaciones accionariales (crowdfunding), pero prepara ya su primer proyecto con financiación mediante colocación de deuda (crowdlending). “Nuestra visión de negocio pasa por hacer partícipe a la sociedad del retorno económico de los proyectos renovables”, indican desde Fundeen. “La inversión local tiene un efecto mitigador de algunas implicaciones negativas que pueden tener los parques en las localidades en que se ubican y sirve para vencer resistencias en la población local”.

Hasta ahora, todos los proyectos de Fundeen estaban estaban abiertos a inversores de todo el país durante todo el proceso. Pero desde hace unos meses algunas de las inversiones han procurado un trato preferencial a los inversores residentes junto a las plantas en construcciones. Baleares, Cataluña y Navarra han aprobado legislaciones autonómicas para regular las financiaciones participativas y han reservado periodos en que se prioriza la suscripción de inversiones por parte de vecinos del municipio en que se encuentra el proyecto o en localidades aledañas.

Bajo estas fórmulas en que se prioriza durante varias semanas las inversiones de los vecinos más cercanos a las plantas, Fundeen ya ha puesto en marcha procesos de financiación en Baleares y en Cataluña, pero también en Murcia, donde no existe regulación autonómica que obligue, pero los promotores han apostado por abrir esta vía de inversión de proximidad de manera voluntaria para ganar apoyo social a la construcción de la nueva infraestructura.

Flobers acaba de estrenarse también como plataforma de financiación participativa para el sector renovable. Ultima la apertura de su primer proyecto renovable y ya tiene otro en cartera que se concretará en los próximos meses con préstamos de inversores particulares desde 1.000 euros. Las primeras iniciativas serán mediante colocación de deuda, pero la plataforma está abierta en el futuro también a la venta de participaciones accionariales. “Queremos democratizar la inversión, que cualquiera pueda aportar para impulsar la sostenibilidad”, explica la consejera delegada de Flobers, Diana Plané. “En España va a haber un boom de participación ciudadana. Hay público y mercado suficientes, y es una oportunidad para todos: para el promotor y para el ciudadano”.