Uno de los grandes proyectos que financiará el PERTE para la industria de los semiconductores ya tiene nombre. Intel oficializó ayer que abrirá un laboratorio de diseño de microchips en el Barcelona Supercomputing Center (BSC), un proyecto que supondrá una inversión de 400 millones de euros repartida en diez años y que se compartirá a partes iguales con el Gobierno. Así, tanto la tecnológica estadounidense como el Estado invertirán 200 millones cada una, con el objetivo de incidir en la meta de la compañía: “Crear un ecosistema de innovación europeo robusto para el futuro de la computación”, sintetizó en Twitter el consejero delegado de Intel, Pat Gelsinger.

En el laboratorio trabajarán entre 250 y 300 personas que se dedicarán a diseñar chips para todo tipo de industrias. La idea, tal como avanzó la propia empresa en marzo cuando habló por primera vez de este proyecto, es reforzar su apuesta por la computación a zetaescala, una tecnología mucho más potente que la actual.

“Durante la última década, el Barcelona Supercomputing Center e Intel han colaborado en la arquitectura a exaescala: ahora están desarrollando la arquitectura a zetaescala para la próxima década”, apuntaba la compañía en un comunicado. Allí explicaba también que su plan era invertir 80.000 millones de euros en la Unión Europea durante los próximos diez años para cubrir toda la cadena de valor de la industria de los semiconductores. Desde la investigación y el desarrollo, hasta la fabricación.

Sin embargo, según explica a la Agencia Efe el director del BSC, Mateo Valero, el proyecto concreto de abrir este centro en Barcelona se acabó de cocinar ayer en un encuentro en Davos (Suiza) entre Gelsinger y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Este último agradeció a la tecnológica también a través de Twitter haber elegido España para “el laboratorio pionero de procesadores RISC-V” en Barcelona, además el mismo día que se aprobaba el Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica (PERTE) específico para esta industria. Con este paquete de unos 12.000 millones de euros en total, completaba Sánchez, “aspiramos a crear un ecosistema sólido para el futuro de la computación en Europa y atraer grandes inversiones en semiconductores”.  

Trabajo de alto nivel   

La de Intel parece que será la primera. “Nos aliamos con la mejor empresa de diseño de chips del mundo para crear puestos de trabajo de alto nivel en España, que gastarán su dinero aquí y pagarán también aquí sus impuestos –sintetiza Valero-. Y todo es un tema pionero a nivel mundial: es una aventura que vale la pena vivir”.

El directivo asegura, en este sentido, que este acuerdo demuestra que los fondos europeos ayudan a atraer inversión privada, y que este laboratorio redundará en que parte de esta inversión se dedique a una o dos fábricas para el sector de la supercomputación y los semiconductores. Y, de hecho, ese es precisamente uno de los principales objetivos del PERTE que aprobó ayer el Consejo de Ministros.