- ¿Si llueve también vas a ir a protestar a la puerta del Congreso, César?

- Si llueve, me pongo un chubasquero. Pero sí, allí me tendrás a partir de las 8 de la mañana, como cada día desde hace 8 meses.

Ocho meses lleva el actor César Vea (La Rioja, 1966) acudiendo a la puerta del Congreso de los Diputados para protestar por la situación de desamparo en la que se halla desde hace ya más de 10 años: invirtió en energías renovables y eso le llevó a la ruina.

Instaló, cuando desde el Gobierno español se incentivaba hacerlo, un parque solar en unos terrenos que su familia tenía en La Rioja. Una serie de cambios en la legislación, así como alguna negligencia política, dieron con su proyecto al traste. No así con sus deudas: cerca de un millón de euros dejó adeudado César para colocar la instalación solar que tenía que convertirse en su plan de jubilación.

Desde entonces, el actor que saltó a la fama tras su papel en la serie 'Compañeros' ha consagrado su vida a protestar por lo que considera la mayor injusticia energética de la historia de nuestro país. César Vea ha protagonizado dos huelgas de hambre (de 15 días cada una), acampadas frente a la sede del PSOE (el partido que él considera responsable directo de su situación), un documental y otras protestas caracterizado de payaso.

Ahora se planta a diario en la puerta del Congreso con una pancarta en la que dice que le han robado. Y en esas le pilló la publicación de un tuit que le removió: Elon Musk, fundador de Tesla y Paypal, y hombre más rico del mundo hasta nuevo aviso, escribió un mensaje que decía lo siguiente:

"España debería construir una matriz solar masiva. Podría alimentar a toda Europa"

La respuesta de los políticos españoles no se hizo esperar. El ya exministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, fue el primero en contestar, subiendo esta respuesta:

“Damos la bienvenida a las inversiones en España para potenciar nuestra ya gran producción de renovables. Todo nuestro marco legal está preparado para ello. ¿Conoce a algún inversor?”.

Y el siguiente fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se subió al carro de la propuesta de Elon Musk escribiendo el siguiente tuit:

“Ya estamos aplicando el plan más ambicioso hacia un sistema energético eficiente y sostenible. Todos los sectores están implicados, maximizando las oportunidades, la digitalización y la cadena de valor para un éxito duradero. El momento es ahora. Vamos a hacerlo bien. Ven y verás. Los inversores son bienvenidos en España”.

"Le van a robar"

- ¿Dónde te pilló la publicación del tuit de Elon Musk, César?

- Justo donde estoy ahora: protestando en la puerta del Congreso. Y mi reacción, pues no sé si te la puedes imaginar. Pero me dio una especie de ataque de risa instantáneo. Luego subí yo otro tuit dando mi opinión a Elon Musk. Pero, si te interesa, se lo vuelvo a decir: Sr. Musk, no invierta usted en energía solar en España, porque se va a arruinar. Porque, más tarde o más temprano, le van a acabar robando.

Se lo explica el actor a El Periódico de España, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico,  durante su rutina diaria habitual. César Vea ya ha abandonado las sucesivas huelgas de hambre que dieron con sus huesos en el hospital. Arrastra secuelas de las protestas. Durante la entrevista se estira en varias ocasiones y se masajea la pierna. Aguantar a pie firme, llueva o truene, durante tanto tiempo, tiene estas vicisitudes. Son daños colaterales de una protesta que le ha llevado a hacerse popular en la puerta del Congreso.

"Los agentes de la Policía Nacional vienen de vez en cuando, me traen agua. Me dicen que hay que ver cómo aguanto ahí. También suelo ver pasar a los políticos de todos los partidos. Con todos he hablado. Siempre hay buenas intenciones, pero a la hora de la verdad me he encontrado con casos como el de Podemos, que me aseguraron que iban a votar a favor de que se solucione nuestro problema y luego cambiaron de idea", recuerda.

"Yo piqué"

César Vea resume una vez más cuál ha sido su periplo en el que un conocido actor decide invertir los ahorros de su vida en un proyecto sostenible y acaba sin plan, sin dinero y con la obligación de deshacerse de sus propiedades para poder pagar las deudas: "He vendido mi casa y un negocio que yo tenía. Y todo por fiarme del Gobierno e invertir en algo que iba a ser positivo no solamente para mí, sino para todo el país".

En 2007 decidió hacer caso al BOE y embarcarse en un proyecto que sonaba tan brillante como lo que ofrecía: el sol. “El sol puede ser tuyo” era el eslogan de una campaña publicitaria del Gobierno. Proponía invertir en construcción de pequeñas plantas solares, con las que España se acabaría autoabasteciendo de energía limpia. Era la apuesta española en la carrera mundial de las renovables.

"Era una inversión, pero también un proyecto sostenible, que es algo en lo que siempre he creído. Invertir en energía limpia. Energía solar. Somos el país de Europa con más horas de sol. El mercado de la energía se abría a los pequeños inversores y teníamos el respaldo del Gobierno. Del Gobierno y del Rey, porque todo esto estaba recogido en un Real Decreto”

Para convencer a los inversores, el Ejecutivo ofrecía un atractivo programa de primas y bonificaciones que, a la larga, nunca se cumplió. “Yo piqué como picamos muchos. No lo veía como un negocio para hacerme rico; invertí porque creía en las energías renovables. Y lo sigo haciendo. En realidad, aquel fue el mejor proyecto que se han inventado en mucho tiempo, porque hablamos de energía limpia y gratis. Si además eso iba a permitirle a mi hijo en un futuro pagarse los estudios, pues mucho mejor”, explica. 

Se gastó todos su ahorros, se hipotecó y puso como aval sus pertenencias y las de su familia, puesto que su hermano también se animó a entrar con él en el negocio de los huertos solares. Se convirtió en un proyecto familiar. Montó su 'huerto solar' en tierras de La Rioja con la intención de ampliar el negocio a largo plazo, cuando empezase a ser rentable. “Yo siempre digo que este es un negocio para tontos, porque los primeros 12-15 años no da dinero. Todo lo que entra es para pagar la instalación. Pasado ese tiempo, empiezas a recibir beneficios. Pero... ¿Quién se mete hoy día en una inversión que solo generará dinero de aquí a 15 años? Tienes que creer mucho en el proyecto para meterte", se pregunta, sin soltar la pancarta.

Especular con el sol

Igual que él, 62.000 familias se embarcaron en una inversión que, de rentable que parecía, cayó en el terreno de la especulación. Los bancos la empezaron a vender como un producto más. Eso provocó que el número de inversores se desbordase y, con ellos, las previsiones. Cuando el Ministerio de Industria se puso a hacer cálculos, la suma de las inversiones era diez veces mayor de lo previsto.

En 2010 llegó el primer recorte: se habían montado muchos más megavatios de potencia de los que se estimaron de inicio, porque se habían instalado muchas más plantas de las esperadas. El entonces ministro de Industria, el socialista Miguel Sebastián, dijo que había que "racionalizar los costes de la tecnología" para justificar el tijeretazo del 30% respecto a las primas prometidas a los inversores al principio. El PP, que mientras estuvo en la oposición prometió 'desfacer el entuerto', no sólo no lo solucionó cuando llegó al poder, sino que endureció las condiciones a su llegada con más recortes.

Al final, la gallina de los huevos sostenibles se convirtió en un tocomocho. A los inversores les cambiaron las reglas del juego con el partido ya empezado. No recibieron las primas acordadas, imprescindibles para los que se habían endeudado para poder sufragar la instalación de la planta.

Desde la Asociación Nacional de Productores e Inversores de Energías Renovables (Anpier), su director Rafael Barrera contaba que su entidad, formada por decenas de miles de familias se encuentra "en una situación dramática", no solo en lo económico, sino también en lo anímico. "Estas inversiones fueron motivadas por unas normas que promovían el desarrollo de la generación fotovoltaica. Las familias entendieron que era una inversión segura y ética. Cuajó sobre todo en entornos rurales, donde hay una cultura cooperativa. Y ahora están como están".

Hubo casos especialmente sangrantes. Como el de Vea, a quien su comunidad autónoma (La Rioja), gobernada por el PP, le autorizó la instalación de la planta. Luego, el Ministerio de Industria (en manos del PSOE en aquel momento) se la tumbó. Incongruencias administrativas que acabó pagando el inversor. "Como yo, hay unas 60 familias afectadas. Y este problema ha provocado la muerte de personas. Ha habido suicidios y eso lo sabemos todos los que estamos metidos en esto. En mi casa, nuestra situación familiar ha sido muy difícil para todos desde que nos metimos en la energía solar. Mi hermana acabó muriendo de cáncer y estoy seguro de que esto le afectó", explica César Vea.

Fondo nacional

Tras más de 10 años de pelea, los afectados parecen ver una luz al final del túnel. La legislación ha cambiado desde entonces en lo que afecta a la energía solar. Al final es el PP el que presentará, en la próxima sesión del Congreso, una enmienda al proyecto de ley para la creación del Fondo Nacional para la sostenibilidad del sistema eléctrico.

El portavoz 'popular' Juan Diego Requena explica a este diario que "esa enmienda quiere corregir esa situación de injusticia con aquellos pequeños inversores que pusieron sus ahorros para producir una energía limpia, barata y libre de emisiones de CO2, y que por una cuestión burocrática, no reciben la retribución regulada".

César Vea, que desde su posición de protesta ve a menudo pasar a los portavoces de todos los partidos políticos con presencia en las Cortes, es optimista por primera vez. Ha hablado con todos los partidos y cuenta que le han asegurado que todos, salvo el PSOE y tal vez el PNV, votarán a favor de la enmienda. Todo el arco político, desde VOX a Podemos, votando a favor de una enmienda de los populares. Es complicado, pero a ello se aferra el actor y las 62.000 familias que pusieron sus ahorros en aquel producto financiero milagroso.

Pero además del dinero, a Vea le duele "que se haya parado un proyecto tan importante en España como el de la energía solar. Podríamos generar energía para suministrar a dos planetas. Se hubieran generado unas comunidades energéticas autosuficientes y no tendríamos que estar pendientes de las subidas desproporcionadas del precio de la luz o de la falta de suministro a la que nos enfrentamos ahora".