España afronta un boom de nuevas plantas de energías renovables durante la próxima década. El objetivo es llegar a 2030 con una penetración que permita que el 42% del consumo de energía final del país y el 74% de toda la generación eléctrica sean de origen renovable. Ésa es la hoja de ruta marcada por la Ley de Cambio Climático, lo que en la práctica supone poner en funcionamiento unos 60.000 megavatios (MW) de energías limpias hasta casi triplicar las renovables operativas a lo largo de una década.

En esta carrera por el despliegue acelerado de nueva potencia verde se abren oportunidades para fórmulas alternativas que el sector pretende explorar y que el Gobierno empieza a allanar. El Ejecutivo ha aprovechado el 'macrodecreto' de medidas contra el impacto de la guerra para empezar a facilitar la instalación de plantas solares flotantes en las aguas en hasta 106 embalses por toda España reformando la Ley de Aguas y ahora prepara un real decreto específico para regular las concesiones de explotación de las instalaciones.

En España están operativas un puñado de plantas fotovoltaicas flotantes en pequeños embalses o en balsas artificiales, destinadas mayoritariamente al autoconsumo para alimentar sistemas de riego del sector agrícola. El plan del Gobierno pasa por explorar la instalación de plantas solares en ese centenar de embalses y en otras infraestructuras hidráulicas estatales, como canales o plantas desaladoras, mediante concesiones de explotación por hasta 25 años a compañías energéticas.

La pretensión del Gobierno es poner límites, vinculado a las condiciones ambientales, al número y a la extensión máxima de las plantas dentro de los embalses. Sólo podrán instalarse un máximo de tres plantas solares en cada embalse y cuanto mejor sea la calidad del agua, menor será la superficie que pueden ocupar las explotaciones fotovoltaicas (entre un 5% y un 20% de la extensión total de los pantanos). Además, quedará prohibida la instalación de plantas solares en los embalses oligotróficos (de máxima calidad de agua y que puede usarse fácilmente para el consumo humano) y en lagos o lagunas de origen natural.

Unir solar e hidroeléctrica

El Ministerio para la Transición Ecológica, comandado por la vicepresidenta Teresa Ribera, reconoce que aún deben estudiarse los eventuales impactos que podrían causar poner paneles solares en las aguas de los embalses y la necesidad de contar con programas de seguimiento, pero ya se conocen algunas ventajas en relación a las plantas solares terrestres, como un mejor rendimiento energético gracias a los efectos del enfriamiento del agua sobre los paneles o la disminución sobre las superficies de polvo, que puede entorpecer la radiación.

El plan del Gobierno contempla especialmente la instalación de plantas solares flotantes junto a las centrales hidroeléctricas. Por un lado, porque permitiría utilizar la capacidad solar para complementar y aumentar la producción eléctrica de dichas instalaciones; por otro, porque serviría para optimizar el uso de las redes de evacuación de la electricidad con que ya cuentan las centrales hidráulicas y porque ayudaría a gestionar la producción en periodos de baja disponibilidad de agua en los que la generación de la hidroeléctrica disminuyera.

El Gobierno pretende allanar la instalación de plantas solares junto a centrales hidroeléctricas dando facilidades a las grandes compañías energéticas, que son las que mayoritariamente explotan las centrales hidráulicas (con Iberdrola, Endesa, Naturgy o Acciona como mayores operadores). Mientras que con carácter general las concesiones se adjudicarán mediante procesos de concurrencia competitiva, a los operadores de hidroeléctricas se les dará preferencia y se les permitirá solicitar los permisos para hibridar ambas tecnologías sin necesidad de competir con otras compañías siempre que no haga falta aumentar la capacidad de las redes de evacuación, según se recoge en el borrador de real decreto abierto para su consulta pública por el Ministerio para la Transición Ecológica.

El Gobierno pretende que los titulares de las concesiones de las plantas solares flotantes paguen el canon hidráulico, que contempla el pago de un 25,5% de los ingresos obtenidos por la producción de electricidad y que acaba de ser resucitado por el Ejecutivo incluyendo una enmienda de la nueva Ley de Residuos tras ser tumbado por una sentencia del Tribunal Supremo.

Actualmente hay en España 106 embalses de titularidad estatal sobre los que podrían ubicarse este tipo de instalaciones que se reparten entre las grandes cuencas hidrográficas del país. En concreto, son 28 embalses en la cuenca del Guadiana; 24 en la del Guadalquivir; 20 en el Tajo; 19 en el Ebro; seis en el Júcar; cinco en el Segura; tres en el Duero; y una en la cuenca del Miño-Sil.