El Gobierno no descarta bajar impuestos a los carburantes dentro del abanico de medidas fiscales de choque en las que trabaja para frenar el impacto de la subida de la energía en los colectivos empresariales y sociales más afectados por su encarecimiento, derivado de la guerra en Ucrania. "Vamos a estudiar un paquete de medidas, algunas de ellas pasarán por revisar a la baja la fiscalidad de algunos sectores o productos que estén claramente impactados por el incremento de la inflación (...) Con eso avanzo bastante respecto a la actitud del Gobierno", adelantó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, este lunes, antes de la presentación del libro 'Pioneras, cien años de la presencia de la mujer en el Tribunal de Cuentas 1921-2021'.

Aunque la ministra no quiso entrar en detalle sobre qué tipo de impuestos se pretende revisar, sí aseguró que se evaluará la fiscalidad de los productos más afectados por el alza de la inflación, como pueden ser los carburantes, gravados por el IVA y los impuestos especiales. No en vano, uno de los principales acuerdos entre el Gobierno y las autonomías emanados de la Conferencia de Presidentes de La Palma este fin de semana recoge la adopción de "rebajas fiscales para amortiguar el impacto de los precios de la energía en los recibos que pagan familias y empresas". "Tenemos que ser cautos a la hora de anticipar ningún tipo de medida hasta que no esté dialogada y consensuada" con los agentes sociales y los grupos políticos, ha recalcado Montero.

Además, el diseño final de las medidas de choque dependerá del alcance de los acuerdos que los jefes de gobierno pacten finalmente en el Consejo Europeo del 24 y el 25 de marzo sobre la regulación del mercado del gas y del sistema de precios del mercado eléctrico. Sobre la posibilidad de elevar los impuestos a los beneficios que obtienen las eléctricas como consecuencia de la subida de precios -tal como ha propuesto en Madrid el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann- Montero reclacó que el Gobierno ya ha "topado" estas ganancias y ha tomado medidas en este sentido. "Hay diferentes formas de abordar esos beneficios, bien por la vía fiscal o a través de la regulación, que es la forma que ha elegido este Gobierno", precisó.

Los diferentes impuestos

Aproximadamente la mitad del precio de los carburantes corresponde a impuestos. En España, los combustibles líquidos derivados del petróleo están gravados con dos impuestos: el IVA (21%) y el Impuesto Especial de los Hidrocarburos (una cantidad fija por litro), que representan alrededor de la mitad del precio total.

La ministra Montero rehusó precisar si el Gobierno se abre a bajar del 21% a 10% el IVA que se aplica sobre los carburantes. Aplicar el tipo reducido del IVA (10%) a los carburantes no está permitido por las directivas europeas y solo sería posible hacerlo si la Comisión Europea acepta cambiar esta regla como medida excepcional para encarar las actuales dificultades del mercado energético. Desde este punto de vista resultaría más fácil bajar el impuesto especial.

No obstante, países como Polonia han decidido de forma unilateral rebajas del IVA por encima de lo permitido por Europa como medidas para frenar los efectos de la inflación. Ya antes del estallido de la guerra, el 1 de febrero entró en vigor en Polonia una rebaja del IVA del combustible desde el 23 al 8% y el del gas se eliminó al pasar del 8 al 0%; el gobierno polaco también elimó el IVA de los alimentos básicos y de los fertilizantes. Es difícil anticipar si el precedente de Polonia, país sobre el que recae gran parte de la crisis humanitaria y energética de la guerra en Ucrania, podría ser adoptado por otros países comunitarios en el contexto actual.