Arranca la venta de las promociones eólicas de Siemens Gamesa. Según han relatado fuentes financieras a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, la compañía recibió la semana pasada casi una veintena de ofertas no vinculantes para comprar estos activos renovables en desarrollo, que se reparten en 70 proyectos que suman en torno a 3.000 MW y están distribuidos entre España, Francia, Italia y Grecia. Entre los interesados figuran grandes energéticas tradicionales, nacionales e internacionales; fondos de capital riesgo e inversores especializados en infraestructuras.

Las mismas fuentes señalan empresas como Iberdrola, Naturgy, Repsol u Orsted Energy y fondos como Blackstone, CPPIB, F2i o Hermes, entre otros. Según indican las mismas fuentes, a finales del próximo mes de enero se recibirán las ofertas con la idea de elegir al vencedor durante el primer trimestre del próximo 2022. Las mismas fuentes indican que el proceso es uno de los más competidos de los últimos meses al ser una de las últimas plataformas grandes de activos renovables en desarrollo en España que quedan por vender.

Estas promociones eólicas están en valoradas en torno a los 300 millones de euros, aunque el precio se podría elevar hasta una cantidad superior a los 500 millones ante el interés que han despertado estas promociones. A finales de verano, Siemens Gamesa contrató al estadounidense Bank of America (BofA) para orquestar un proceso competitivo para desprenderse de estos activos verdes y centrarse así en su actividad principal, la fabricación de aerogeneradores para la industria renovable. El asesoramiento legal está en manos del despacho CMS Albiñana & Suárez de Lezo.

Revisión estratégica

Cabe recordar que en agosto de 2020, el consejero delegado de Siemens Gamesa, Andreas Nauen, anunció ante inversores y analistas que habían comenzado una revisión estratégica de su negocio de cara a rotar diferentes activos con el objetivo de obtener la liquidez suficiente para mantener a flote su actividad, que se ha visto duramente impactado con el avance de la pandemia del coronavirus. En concreto, el pasado ejercicio perdió 900 millones de euros pues el virus frenó el desarrollo de una cartera importante de pedidos que tenía en marcha impulsada al calor de la transición energética en el Viejo Continente.

No obstante, Siemens Gamesa confiaba en recuperar las cifras previas a la pandemia a lo largo de 2021 y volver a beneficios, pero ha registrado unos números rojos de 672 millones. Pese a la reducción del 32% respecto a las pérdidas del ejercicio anterior, el incremento de los costes de los suministros y una menor recepción de encargos de aerogeneradores (17,3% menos, en torno a 2.500 millones menos) han lastrado las cuentas del grupo, motivo por el que ha decidido centrarse exclusivamente en la fabricación de aerogeneradores y obtener liquidez con la venta de las promociones eólicas.

De hecho, el grupo quiere enfocarse especialmente en el mundo de la eólica marina (offshore) por las grandes perspectivas de crecimiento que se esperan frente al parón que está registrando la eólica terrestre (onshore), en lo que están especializadas las fábricas del País Vasco, Navarra y Castilla y León. Esta operación llega en medio de los rumores del mercado en el que se comenta una posible OPA de la matriz del grupo, la alemana Siemens Energy, sobre la antigua Gamesa.

La española se fusionó con el negocio eólico de la germana en junio del año 2016, creando un líder mundial con ingresos de 9.300 millones en aquel momento y una cartera de pedidos valorada en 20.000 millones de euros. Ahora, su cartera asciende a 32.542 millones y suma unas ventas de 10.198 millones. En cualquier caso, los títulos de la compañía encadenan una caída del 56,4% respecto a hace un año, cotizando a 20,91 euros por acción a cierre de la jornada bursátil de ayer.

Oleada de transacciones

El momento para sacar esta cartera de desarrollos renovables no es casual, pues el interés por este tipo de activos se ha disparado conforme ha ido ganando importancia la descarbonización de la economía a nivel mundial a la vez que esta transición energética global se aceleraba como consecuencia de la llegada del coronavirus. Además, durante la pandemia, este tipo de activos han mostrado su resiliencia frente a otros sectores tradicionales más impactados al estar amparado por políticas públicas que favorecen su desarrollo.

En este contexto, cada vez se amplía más el número de inversores interesados en el negocio de las energías renovables, que buscan activos que ofrezcan buenos retornos en sectores anticíclicos. Así, cada vez es más frecuente encontrar en estas subastas competitivas a una amplia variedad de inversores, que van desde los fondos de capital riesgo especializados en renovables o infraestructuras hasta aseguradoras pasando por compañías energéticas tradicionales que están teniendo que transformar de forma acelerada sus negocios.

Los desarrolladores de este tipo de activos se están viendo muy beneficiados por este apetito disparado por el mundo renovable, pues consiguen no solo rentabilizar o hacer caja con la venta de proyectos verdes, sino que en muchas ocasiones consiguen un socio que les ayuda a profesionalizar el negocio o bien les ofrece financiación para poder poner en marcha estos proyectos, que a menudo requieren unas fuertes inversiones.