El incremento de los costes energéticos está impactando ya en los precios de los productos alimentarios. Es lo que asegura la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en un análisis de la evolución de los productos de alimentación básicos en los últimos seis meses. La OCU asegura que las subidas no tienen precedentes en los últimos años y son especialmente evidentes en la pasta, carnes como la ternera y el pollo, la leche y los huevos. Las zanahorias y las manzanas son los productos que más bajan. La organización de consumidores aconseja comparar precios, buscar productos sustitutivos y comprar en los establecimientos más baratos como únicas vías para intentar escapar a la subida generalizada.

La OCU ha analizado la evolución de los precios en los últimos seis meses de una selección de 23 productos básicos de alimentación de todas las categorías, carne, frutas, verduras, bebidas, lácteos, alimentación envasada, droguería e higiene en 14 cadenas de ámbito nacional. Los resultados del estudio señalan que la mayoría de los productos seleccionados han subido su precio, 13 frente a 10 que han bajado. Además, la cuantía de las subidas es mucho mayor que la de las bajadas, por lo que en su conjunto el resultado es que hoy la cesta de la compra es más cara que hace 6 meses. 

La margarina, la pasta, los lácteos, algunas carnes (pollo y ternera) y los huevos incluidos en el análisis son los productos que más han incrementado su precio con subidas entre un 8,3% y un 21,2% en solo 6 meses. En el lado de las bajadas, solo tres productos han bajado de forma notable su precio: la espuma de afeitar (-3,1%), las manzanas Golden (-3,1%) y las zanahorias (-9,9%). 

Para la OCU, la causa principal de estas subidas de precios, no habituales en los últimos años, se encuentran las elevadas subidas de los precios de la electricidad y los carburantes. Se trata de productos en los que la energía en sus diferentes fases de producción (elaboración, conservación, transporte y distribución) es un coste muy importante. Además, en algunos de estos productos se ha producido una fuerte aceleración en los últimos dos meses, lo que da pistas sobre la influencia de la subida de la energía. La OCU no tiene en cuenta el alza de precios que tiende a producirse en la recta final del año.

Uno de los elementos que puede suponer un círculo pernicioso para el establecimiento de precios es que un alza de un producto concreto contagie a otros de categoría similar. Para la OCU existe un riesgo importante de que estas subidas se generalicen a otros productos y, sobre todo, que se consoliden con el tiempo.

Las declaraciones de distribuidores que se han quejado del alza de costes en forma de preavisos de subidas de precios pueden influir finalmente en que se produzcan subidas coordinadas, aunque no acordadas. Las subidas de precios en un entorno de fuerte competencia como el del sector de la distribución en España puede conllevar que nuevas estructuras de precios se consoliden, aunque el alza de costes energéticos no se justifique proporcionalmente con las alzas en los lineales de los supermercados. Aunque la electricidad haya subido el 30%, el problema es que los salarios no han subido durante el periodo en la misma proporción. Para la organización, la única forma de afrontar subidas de precios es evidenciar los efectos positivos de la competencia y comprar en los comercios más baratos.