El Gobierno todavía no tiene a punto su nueva propuesta de ERTE, tras el sonoro portazo que tanto patronal como sindicatos manifestaron hace unos días a la primera versión del 'Mecanismo RED'. "Intervencionista", "farragoso" o "inasumible" fueron algunos de los adjetivos que despertó dicha propuesta entre los agentes sociales. En la reunión de este viernes, y mientras el Ejecutivo acaba de consensuar un nuevo formato que pueda recabar el consenso entre los representantes de los empresarios y trabajadores, la mesa de diálogo social se ha centrado en perfilar los nuevos contratos formativos; según confirman fuentes del diálogo social. Lo que vendría a ser asimilable a la figura del antiguo aprendiz.

El Gobierno quiere aumentar el carácter y obligaciones laborales de estos contratos, así como adecuar la formación de los mismos para una mayor empleabilidad. La última propuesta que les trasladó a patronal y sindicatos en este sentido es de un "contrato de formación en alternancia", para que los usuarios del mismo compatibilicen la formación con la percepción de un salario y que las empresas están obligadas a cotizar por obligaciones como las bajas por incapacidad temporal o el desempleo.

Estas obligaciones son objeto de debate ahora mismo en la mesa, ya que la patronal no ve con buenos ojos asumir los costes de la cotización para la prestación de paro de estos aprendices; según comentan fuentes conocedoras de las conversaciones. El salario, en proporción a las remuneraciones pactadas en el convenio del sector, son otra cuestión sobre la mesa.

Máximo dos años como aprendiz

La duración de dicho contrato es otra de las materias de discusión actualmente en la mesa y parte de la propuesta del Ejecutivo, que contempla una duración mínima de tres meses y una máxima de dos años. La definición de la figura del tutor es otra de las cuestiones en liza, así como la formación que este debiera tener y su relación con la empresa donde enseña. Sobre el papel ahora mismo hay dos tutores: uno del centro de enseñanza y otro que será un trabajador de la empresa donde el aprendiz realiza la formación.

Otra cuestión que las partes deben acabar de consensuar, pues sobre esta cuestión no hay nada cerrado, es el tiempo máximo que una persona con contrato de formación puede estar trabajando en la empresa. Según la última propuesta, el tiempo de trabajo efectivo no podrá ser superior al 65% de la jornada durante el primer año y al 85% en el segundo. El resto debe guardarse para formación teórica.