Los salarios están creciendo dos veces más en las pequeñas y medianas empresas españolas que en las grandes corporaciones. Ello viene provocado por el fuerte componente sectorial que arrastra la crisis del coronavirus, con grandes cadenas hoteleras todavía a medio gas y gremios como el de la aviación con una actividad sensiblemente inferior a la del 2019, y a su vez por el letargo que aún arrastran los mercados internacionales, con unos niveles de exportaciones que van más lentos que el creciente consumo interno. Así se deriva de los datos publicados este martes por el Ministerio de Hacienda sobre 'ventas, empleo y salarios en grandes empresas y pymes'.

Los sueldos, referidos como rendimiento bruto medio, en las grandes empresas crecen en lo que va de año a un ritmo del 1,7%; mientras que si a este grupo le sumamos las pymes, la evolución salta hasta el 4%. Es decir, entre las pequeñas y medianas empresas las remuneraciones se mueven de una manera mucho más dinámica; teniendo en cuenta, también, que parten de salarios más bajos. Y aguantan, por ahora, el poderoso empuje de la inflación; que en julio era del 2,9%; su ritmo más alto desde febrero del 2017. Con lo que los trabajadores de las pymes no están perdiendo poder adquisitivo, pero sí los de las grandes corporaciones.

"Alrededor de 2 puntos se deben a los fuertes cambios sectoriales, con menor peso de actividades con bajo nivel salarial", justifica Hacienda en su informe. Es decir, que cuando se estabilice la variable sanitaria, el dinamismo en esos ramos peor pagados -como la hostelería- volverán a coger volada y la brecha entre tamaños empresariales presumiblemente se nivelará.

Exportaciones debilitadas

Las empresas pequeñas suben más -o bajan menos- el sueldo de sus trabajadores, porque tienen más actividad. Como muestra los datos de ventas. Si se suman todas las sociedades -grandes, pequeñas y medianas- las ventas todavía fueron el 5% inferiores en el segundo trimestre del 2021 que durante el mismo periodo del 2019, antes de la pandemia. No obstante, si solo se miran las grandes empresas, estas venden el 5,5% menos que hace dos años.

Las exportaciones están todavía muy marcadas por la incertidumbre y las asimetrías entre Gobierno en lo referente a restricciones sanitarias y sus niveles son el 8,7% inferiores a los del 2019; frente a un consumo interno que es 'solo' el 3,7% inferior. Y en este terreno salen peor paradas las grandes corporaciones, más internacionalizadas y, a su vez, más vulnerables a las contracciones de los mercados extranjeros. Por contra, las pymes suelen estar más vinculadas al territorio y a la demanda interna y sufren menos esa prudencia externa. 

Esta recuperación de la demanda interna que constatan los datos de la Agencia Tributaria es coherente con otros indicadores, como los publicados recientemente sobre gasto en tarjeta por entidades como el BBVA o American Express, que muestran como gracias al ahorro acumulado por las clases medias y altas durante los meses previos de restricciones está aflorando ahora en forma de compras locales.

Menos ocupados que antes del covid

Pese a que los sueldos crecen y en el caso de las pymes le están aguantando el pulso a la inflación, el número de perceptores de nóminas que tiene registrados Hacienda todavía el 6% menor al de antes de la pandemia. Aquí la variable erte, pese a que muchas empresas ya han dejado atrás los expedientes de suspensión, sigue notándose en la estadística. 

No obstante, las cifras mensuales -no trimestrales- que deja la encuesta solo de grandes empresas revela que el empleo en junio era ‘solo’ el 2,3% inferior al junio del 2019; lo que revela una intensa aceleración de las contrataciones de cara al verano y una vez finalizado el segundo estado de alarma.