El presidente del Eurogrupo, Pascal Donohoe, afirmó este lunes que los países de la eurozona no deben retirar abruptamente los estímulos fiscales para paliar la crisis de la covid-19 y que será necesaria una transición gradual de las ayudas de emergencia a las reformas e inversiones para la recuperación.

En su primera comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara desde que asumió el cargo, el presidente del foro de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona dijo que es "importante" que en verano los países lleguen a un acuerdo sobre la posición fiscal que sería adecuada para la eurozona en 2022, de modo que les sirva de indicación para preparar sus presupuestos de ese año.

Aclaró, sin embargo, que "no se trata de una retirada inminente de los estímulos fiscales". "Todos estamos de acuerdo en que nuestra prioridad inminente es proteger a nuestros ciudadanos, especialmente a los jóvenes y a los más expuestos a la crisis. No debe haber saltos abruptos", dijo el también ministro de Finanzas irlandés.

Conforme se vaya superando la crisis sanitaria, añadió, "el foco de la política fiscal debería cambiar gradualmente del apoyo de emergencia a apoyar la inversión pública y las reformas que aumenten el potencial de crecimiento.

El presidente del Eurogrupo no anticipó, sin embargo, cuándo se reactivarán las normas comunitarias de control del déficit y la deuda, que se congelaron en marzo pasado para permitir el gasto necesario frente a la pandemia. La iniciativa en este sentido corresponde a la Comisión Europea, insistió Donohoe ante las reiteradas preguntas de los eurodiputados. La intención de la presidencia portuguesa del Consejo de la UE es debatir y decidir a nivel ministerial en el segundo trimestre de este año si es posible volver a la normalidad en 2022.

El presidente del Eurogrupo afirmó, por otra parte, que la deuda pública de la eurozona es "sostenible", pese a que ha aumentado como consecuencia de la respuesta a la pandemia. "Este aumento de la deuda se usó para financiar medidas de apoyo al empleo, los ingresos y los ciudadanos en un momento de gran vulnerabilidad y (...) si no hubiéramos dado los pasos que dimos en aquel momento, me temo que las consecuencias de la inacción habrían sido económicamente más perjudiciales", dijo.

El ratio de deuda pública con respecto al PIB de la eurozona aumentó del 86% a cerca del 102% al cierre de 2020, según las previsiones. Donohoe confía además en que sea posible avanzar entre abril y junio en los trabajos para completar la unión bancaria, en particular, para poner en marcha el sistema europeo de garantía de depósitos (EDIS, en inglés), una iniciativa que lleva años topándose con las divisiones entre países.

"Creo que hay una ventana de oportunidad y un renovado impulso", dijo el presidente del Eurogrupo, que prevé un debate en abril a nivel ministerial sobre los progresos que se hayan hecho en los grupos de trabajo técnico y, posiblemente, otro en mayo, con el objetivo de informar en junio a los líderes comunitarios. "No subestimo por un momento las grandes dificultades que implica intentar avanzar, pero creo que se puede hacer progreso", afirmó en respuesta al eurodiputado español Jonás Fernández.