El fondo de recuperación y el nuevo marco presupuestario 2021-2027, el paquete financiero de 1,8 billones de euros con el que la UE aspira a amortiguar el impacto socioeconómico de la pandemia de coronavirus y del que tanto dependen países como España, ya tienen el camino despejado. Ha costado mucho más tiempo del esperado pero finalmente los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han aceptado la solución propuesta por Berlín para aclarar la aplicación del mecanismo que vincula el desembolso de fondos con el respeto del Estado de derecho y sortear el veto de Hungría y Polonia.

"Acuerdo sobre el marco financiero plurianual y el paquete de recuperación. Ahora podemos empezar con la implementación y a reconstruir nuestras economías. Nuestro paquete de recuperación histórico impulsará nuestra transición ecológica y digital", ha anunciado al filo de las siete de la tarde el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante la primera jornada del Consejo Europeo que se celebra este jueves y viernes en Bruselas.

Con esta decisión, el Gobierno de Pedro Sánchez, 72.000 millones en transferencias a fondo perdido, y que ya tiene presupuestados 27.000 millones en las cuentas de 2021, empieza a respirar con tranquilidad. Si las previsiones se cumplen y no surgen nuevos obstáculos podría recibir un adelanto del 10% de los fondos a partir de mediados del próximo año, siempre y cuando la UE apruebe antes su plan nacional de reformas e inversiones que el Ministerio de Economía que dirige la vicepresidenta Nadia Calviño negocia con Bruselas.

Además de esta cantidad, España aspira a recibir más de 77.300 millones del nuevo presupuesto plurianual, 35.376 con cargo a los fondos estructurales, 34.124 de los pagos agrícolas directos y 7.801 millones para el desarrollo rural. "Es una muy buena noticia que se haya desbloqueado. Todo el mundo está por la labor de ir avanzando lo más rápido posible", han celebrado fuentes de Moncloa sin dar una fecha de cuándo pueden llegar las primeras ayudas.

El siguiente paso para que el nuevo presupuesto entre en vigor el 1 de enero será concluir la tramitación final de los reglamentos, con la votación final en el pleno del Parlamento Europeo, y la aprobación por parte de los 27 parlamentos nacionales de la decisión de recursos propios, un paso esencial para que la Comisión Europea pueda emitir deuda con la que captar los 750.000 millones del nuevo fondo.

Declaración política

La decisión del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y de su colega polaco, Mateusz Morawiecki, de levantar el veto que mantenían contra el mecanismo, que permitirá congelar los fondos europeos cuando un Estado miembro vulnere el Estado de derecho, ha hecho posible el desbloqueo. Se trata de un instrumento que ya fue acordado a finales de julio por los líderes europeos pero que ha sido objeto desde entonces de una dura pelea.

Para superar el bloqueo ha sido necesaria la diplomacia germana y una declaración política interpretativa que ha suscitado a última hora las dudas de países como Luxemburgo y Holanda, que han pedido "garantías jurídicas" de que el compromiso alemán no limitará el alcance del mecanismo y de que el reglamento tendrá primacía ante los tribunales. El resultado final esconde el habitual ejercicio de equilibrismo europeo y permite cantar victoria a ambas partes. Por una parte, porque no toca ni una coma del reglamento acordado con el Parlamento Europeo. "Estoy contenta de que hayamos encontrado el camino a seguir", ha destacado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que considera "crucial" que el mecanismo no se haya tocado.

Por otra, porque Orbán y Morawiecki obtienen por escrito concesiones importantes. Por ejemplo, que el instrumento no se utilizará antes de que el Tribunal de Justicia de la UE se pronuncie sobre la legitimidad del mismo si algún país decide denunciarlo ante la corte europea. Una situación que paralizaría y retrasaría su utilización uno o dos años. Además, ambos países también dispondrán de un "freno de emergencia", como el que se introdujo en el fondo anticrisis tras las presiones de Holanda, de forma que un país que se enfrente a la posible congelación de fondos pueda pedir un debate en el Consejo Europeo. "No es solo una victoria de la UE" sino "del sentido común", ha celebrado Orbán.