Un año después de fracasar en su primer intento y tras superar las reticencias de Italia, los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona han conseguido sacar adelante este lunes la reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que en el futuro tendrá una mayor capacidad de supervisión y más poderes, y acordar el adelanto en dos años, a principios de 2022, de la puesta en marcha de la nueva red de seguridad del Fondo de resolución bancaria, dos patas claves de la unión bancaria. "Los ajustes que hemos acordado van a desarrollar aun más la caja de herramientas", ha celebrado el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, tras la videoconferencia celebrada por los ministros de la Eurozona.

La aprobación había quedado bloqueada en diciembre de 2019 por la polémica generada en Italia con la reforma y las exigencias de algunos halcones del norte de Europa como Finlandia o Países Bajos que exigían, antes de la puesta en marcha del nuevo fondo, una reducción de los riesgos de la banca. "No hemos llegado al final del camino" y "seguiremos reduciendo los riesgos" pero "se confirma nuestra unidad. Es un hito fundamental en el camino para reforzar la unión bancaria y un complemento importante en nuestros esfuerzos para apoyar la recuperación económica", ha destacado el máximo responsable del Eurogrupo. "Es un paso importante que refuerza la unión bancaria y la estabilidad financiera de la zona euro", ha destacado la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño.

El acuerdo, que no toca una coma del texto provisional cerrado el año pasado, deberá ser firmado en enero tras lo cual podrá lanzarse el proceso de ratificación a nivel nacional. La reforma reforzará el papel del MEDE en el diseño, negociación y evaluación de los programas de asistencia financiera lo que significa que tendrá más poder que en el pasado en la supervisión de los rescates. Además, introduce las cláusulas de acción colectiva en las emisiones de bonos soberanos, lo que facilitará que los acreedores asuman quitas en caso de reestructuraciones de deuda, el elemento que más controversia generó el año pasado en Italia por el temor a aumentar los costes de la deuda italiana y que llevó a meter en el congelador la reforma.

Nueva red de seguridad para los bancos

El pacto también permitirá lanzar antes de tiempo la nueva red de seguridad de último recurso para las resoluciones bancarias. Es decir, el nuevo instrumento que podrá utilizarse en caso de que se agote el dinero del Fondo único de resolución bancaria (FUR), la hucha creada en 2016 con aportaciones de los bancos para que sean las entidades quienes costeen sus rescates y no los contribuyentes. "La principal razón por la que tenemos que cambiar el MEDE es porque de lo contrario no podríamos dar prestamos al Fondo Único de Resolución -ya que solo puede prestar a los Estados y a las instituciones de la UE-. Esto con el nuevo tratado esto será posible" pero "solo ocurrirá si el FUR se queda sin dinero y esperamos que no ocurra", ha destacado el director gerente del MEDE, Klaus Regling.

En 2018, los ministros de la Eurozona se comprometieron a crear este mecanismo de último recurso antes de finales de 2023 siempre y cuando se hubieran reducido de forma "suficiente" los riesgos bancarios. En su declaración, el Eurogrupo admite que la crisis del la Covid-19 ralentizará o reducirá la tendencia, pero el Eurogrupo se compromete a mantenerse vigilante para proteger a los contribuyentes. "Hay decisiones a nivel de la UE que parecen tan técnicas que es difícil ver su impacto político al principio. El acuerdo sobre la reforma del MEDE es una de esas", ha explicado el ministro alemán, de finanzas, Olaf Scholz, sobre una reforma que reforzará "al euro y a todo el sector bancario".