Reorganización en Repsol. La compañiá que preside Antoni Brufau invertirá 18.300 millones de euros hasta 2025 para descarbonizar su cartera de activos y desarrollar un nuevo modelo operativo con el objetivo de ser una compañía multienergía con cero emisiones netas en 2050. El 30% de este dinero, 5.500 millones de euros, se destinará a iniciativas bajas en carbono e irán acompañadas de una expansión internacional en este ámbito, según ha anunciado la petrolera en la revisión de su plan estratégico.

A lo largo del período, Repsol prevé incrementar su resultado bruto de explotación (Ebitda), hasta superar los 8.200 millones de euros previstos en 2025. Para ello, según ha explicado la compañía, el plan se divide en dos partes. La primera priorizará medidas de eficiencia, reducción de inversiones y optimización del capital, al tiempo que se desarrollarán proyectos para liderar la transición energética, como los anunciados para las refinerías de Bilbao y Cartagena o los distintos activos renovables que Repsol está poniendo en marcha. La segunda parte, a partir del año 2022, cuando prevé recuperar el impacto de la crisis del covid-19, se enfoca en la aceleración del crecimiento. No obstante, la nueva estrategia tendrá "un alto grado de flexibilidad en función del escenario macroeconómico" ante la incertidumbre de la pandemia.

La petrolera da un giro a su negocio al establecer cuatro áreas --Upstream, Industrial, Cliente y Generación baja en emisiones-- con las que incrementar la obtención de resultados y el afloramiento de valor. Además, destaca que la digitalización jugará un papel fundamental en la nueva organización, gracias a la inteligencia artificial, la automatización de operaciones o las soluciones en la nube. El plan prevé que el impacto positivo de los proyectos de digitalización supere ya en 2022 los 800 millones de euros anuales respecto al inicio del Programa de Digitalización, puesto en marcha en 2018.

Nuevo modelo

La unidad de negocio denominada 'cliente' se encargará de atender "cualquier necesidad energética y de movilidad" de sus clientes, que actualmente superan los 24 millones. Aglutinará las actuales áreas de Movilidad, GLP, Movilidad eléctrica, Comercialización de electricidad y gas, Soluciones energéticas y Lubricantes con el objetivo de liderar el suministro multienergía y desarrollando herramientas digitales que permitan una mayor personalización de las ofertas. El objetivo es incrementar el Ebitda de este área hasta los 1.400 millones de euros en 2025.

En el caso del negocio de 'generación de bajas emisiones', Repsol estima tener una capacidad de 7,5 gigavatios (GW) en el año 2025 y los 15 GW en 2030. La compañía planea continuar con el crecimiento orgánico, gracias al desarrollo de una cartera de proyectos en operación, que entre 2020 y 2025 se incrementará a un ritmo superior a 500 MW anuales. Entre ellas, la ampliación en 1 GW de capacidad de la central de bombeo de Aguayo (700 millones de euros, aproximadamente). A esto se sumará la adquisición de activos internacionales. Entre 2025 y 2030, Repsol prevé desarrollar proyectos que supondrán más de 1 GW anual. Este nuevo modelo plantea la entrada de socios o inversores en esta área o incluso su salida a Bolsa, como ya había adelantado Josu Jon Imaz en la última presentación de resultados. La compañía estima multiplicar por ocho el Ebitda del área frente al resultado de 2019, hasta los 331 millones de euros, mientras que las inversiones alcanzarán los 1.400 millones de euros anuales en 2025.

Por su parte, el área industrial, que abarcará las áreas de Refino, Trading, Mayorista de gas, Biocombustibles y Química, prevé evolucionar hasta transformar los siete grandes complejos industriales de Repsol en España, Portugal y Perú en hubs multienergéticos. La compañía se apoyará en cuatro grandes pilares: la eficiencia energética (400 millones de euros para reducir 800.000 toneladas de CO2), la economía circular (conversión de residuos de materias primas en combustibles y materiales neutros en carbono con el objetivo de tener capacidad de 1,3 millones de toneladas de biocombustibles en 2025 y más de dos millones en 2030), el hidrógeno renovable (la compañía prevé ser líder con una producción de 400 MW en 2025 y 1,2 GW en 2030 en la Península) y la captura y uso de CO2 (con proyectos como el de combustibles sintéticos que se desarrollará en Petronor). En este caso, las inversiones se mantendrán de media en 900 millones de euros anuales, en línea con el ejercicio 2019.

El negocio de 'Upstream' se enfocará en áreas geográficas clave, priorizando el valor sobre el volumen y reduciendo las emisiones de su cartera de activos. La producción se situará en una media aproximada de 650 mil barriles equivalentes de petróleo diarios hasta 2025 y la presencia global se reducirá a catorce países, con una actividad exploratoria más eficiente y focalizada. El área generará 4.500 millones de caja libre entre 2021 y 2025, cinco veces más que entre 2016 y 2020, considerando el mismo escenario de precios. El área de Upstream será capaz de disminuir las emisiones de CO2 en un 75%.

Dividendo

Pese a la complejidad del entorno, con los bajos precios del petróleo por la pandemia, la compañía seguirá ofreciendo una de las "remuneraciones más atractivas del sector y del Ibex". En 2021, el dividendo será de 0,60 euros por acción (en efectivo y acciones), cantidad que se incrementará progresivamente hasta alcanzar los 0,75 euros por acción. En 2025, la remuneración al accionista superará 1 euros por acción, incluyendo el pago en efectivo y la recompra de acciones que se realizaría a partir de 2022.