El estudio presentado este miércoles constata que tres de cada cuatro trabajadores encuestados considera que puede desarrollar toda o parte de su actividad a distancia. Y, entre estos, el 84% afirma que le gustaría trabajar entre dos y tres días a la semana desde fuera de la oficina. El cruce de estas dos magnitudes revela que el 62% de los ocupados podría y querría acogerse a la nueva regulación del trabajo a distancia que está ultimando el Ministerio de Trabajo. Pues según el último borrador que manejan las partes, todas aquellas personas que operen a distancia dos o más días a la semana podrían acogerse a la nueva normativa.

El sentir más común entre los trabajadores que recoge la encuesta apoyada desde la Cámara de Comercio de España es que estos quieren volver a la oficina, pero no del mismo modo que antes y compaginándolo con el trabajo a distancia. Los principales motivos que aducen son el reducir los tiempos de desplazamiento de casa al trabajo y del trabajo a casa y el ahorrar gastos personales. Ese afán de teletrabajo no muestra una diferencia significativa entre hombres y mujeres, y solo los trabajadores de más de 55 años expresan una menor voluntad de incorporar esta modalidad en su día a día.

Una de las principales novedades que introduce la nueva ley del trabajo a distancia que ultima el Gobierno es la obligación de las empresas de costear parte de los gastos operativos del mismo. Este es un elemento sobre el que los trabajadores destacan especiales dificultades para implicar a las empresas. Cuatro de cada 10 encuestados considera que la empresa debería mejorar los medios puestos a disposición del trabajador. Este es un factor clave de la nueva legislación y del que precisa de consenso entre plantilla y dirección, pues la definición de las compensaciones está contemplada en el último borrador dentro de la negociación colectiva.