Los términos en los que los gobiernos europeos podrán acceder a la nueva línea de préstamos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para financiar los costes sanitarios directos e indirectos provocados por la pandemia del Covid-19 están ya están cerrados. Los ministros de economía y finanzas de la Eurozona han sellado este viernes un acuerdo sobre los detalles técnicos de los préstamos con los que el fondo podría estar operativo el 1 de junio. "Acuerdo en el Eurogrupo sobre una línea de tesorería de 240.000 millones de euros para los Estados que los deseen para hacer frente a las necesidades financieras ligadas al Covid", ha anunciado el ministro de finanzas francés, Bruno Le Maire, poco después de las cinco y media de la tarde de este viernes.

Al contrario de lo que ocurrió con los rescates concedidos durante la crisis del euro, los países que pidan apoyo al fondo de rescate europeo no serán objeto de una supervisión especial ni recibirán visitas regulares de los llamados 'hombres de negro'. Se trata de un elemento tóxico en Italia, que había generado mucha polémica entre los políticos italianos, y que llevó al gobierno de Giussepe Conte a resistirse denodadamente a aceptar el uso de este instrumento, parte de la triple red de seguridad diseñada por la UE para financiar el agujero económico provocado por el Covid-19.

Para superar las dudas italianas, el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Domvrovskis, y el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, han puesto por escrito los términos de cómo será la nueva vigilancia.

Bruselas propone centrar su supervisión en los costes sanitarios directos e indirectos sin ninguna condicionalidad añadida ni vigilancia reforzada, al estilo de la impuesta durante los rescates de la crisis del euro, cuando los inspectores de la Comisión y el Banco Central Europeo se desplazaban regularmente a las capitales europeas. "La Comisión no conducirá misiones ad hoc in situ al margen de las visitas regulares en el marco del semestre europeo", garantizan por escrito Domvrovskis y Gentiloni.

Dado que las condiciones "están estrictamente limitadas al uso de la línea de crédito para apoyar la financiación doméstica de los costes directos e indirectos en sanidad, tratamiento y prevención", tampoco se aplicarán los requisitos habituales en materia de ajuste o reformas macroeconómicas ni será necesario exigir a los países información adicional sobre sus respectivos sistemas financieros. Lo único que tendrán que probar los gobiernos que pidan ayuda es que los fondos se usan para cubrir los costes sanitarios.

Disponible desde el 1 de junio

Fuentes del Ministerio de Economía español ya habían apuntado que los textos técnicos llegaban bastante cerrados, a la espera de cerrar algunos flecos como los plazos de vencimiento de los créditos y los costes, con lo que el acuerdo podría estar operativo antes del 1 de junio, la fecha acordada por los líderes de la UE en la cumbre del pasado 23 de abril. Antes de que pueda producirse el aval definitivo algunos países tendrán que completar sus trámites parlamentarios como es el caso de Países Bajos y Alemania.

Aunque ningún país hasta ahora ha anunciado su intención de pedir liquidez a través de esta línea de préstamos, los gobiernos podrán pedir créditos de hasta el 2% de su PIB (unos 25.000 millones en el caso de España) para financiar los gastos sanitarios directos e indirectos de la pandemia "bajo condiciones muy favorables y largos plazos de devolución", ha asegurado el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, poco antes del inicio de la reunión. La única condición será gastar el dinero en ese objetivo, sin condiciones macroeconómicas añadidas, mientras que los contratos que deberán firmar los gobiernos serán una especio de "Memorandum de Entendimiento light". Antes de

La nueva línea de crédito del MEDE es una de las piezas de la triple red de seguridad pactada la UE junto al nuevo fondo SURE para apoyar el empleo, con 100.000 millones de euros, y las nuevas garantías del Banco Europeo de Inversiones que aspira a movilizar 200.000 millones en créditos para las empresas. La negociación en estos dos elementos avanza algo más lenta porque implica a garantías que algunas Estados miembros deberán aprobar en sus respectivos parlamentos. "Vamos a intentar llegar con todos a tiempo pero tampoco nos preocupa si no se llega el 1 de junio y es un poco después", apuntan fuentes diplomáticas.