La reunión del Eurogrupo parecía a priori encarrilada. Sobre la mesa una triple red de seguridad de más de 500.000 millones de euros para proteger a trabajadores, empresas y gobiernos de las consecuencias de la pandemia del coronavirus, por medio de préstamos del Mecanismo Europeo de Estabilidad, garantías del Banco Europeo de Inversiones y ayudas del nuevo fondo para el empleo, y mucha presión política y social. Pero las líneas rojas siguen pesando en las capitales europeas y tras siete horas de reunión los ministros de economía y finanzas de la Eurozona seguían este martes sin lograr un acuerdo.

"El trabajo hacia una ambiciosa respuesta política al covid19 está bien encaminada pero todavía no hemos llegado", apuntaba pasadas las once de la noche el portavoz del presidentes del Eurogrupo, Mário Centeno. Los ministros seguirán negociando durante la noche y la rueda de prensa se pospone hasta el miércoles a las 10 de la mañana. Una posibilidad que el ministro de finanzas maltés, Edward Scicluna, daba por hecho ya a media tarde. "Un Eurogrupo maratoniano posiblemente durará hasta mañana por la mañana para acordar un robusto plan financiero con cuatro pilares para apoyar a los trabajadores y empresas europeas", vaticinaba.

La reunión arrancó con una hora de retraso y tras una primera ronda de intervenciones de casi tres horas entraba en un receso para redactar el acuerdo que al filo de la medianoche no había llegado a buen puerto debido a la división de opiniones entorno a la condicionalidad en el uso del fondo de rescate europeo, la emisión de deuda conjunta o la duración del fondo de empleo propuesto esta semana por la Comisión Europea y que Holanda exige limitar en el tiempo. Se trata de un triple cóctel para proteger a trabajadores, empresas y gobiernos de las consecuencias de la pandemia del coronavirus que España valora positivamente pero insuficiente a ojos de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, que ha reclamado también un plan de recuperación que permita financiar de forma conjunta los costes derivados de la pandemia y las inversiones que serán necesarias para reactivar la economía europea.

Costes compartidos

Según Calviño lo importante no es la etiqueta que se utilice -se llamen eurobonos, coronabonos o cualquier otro tipo de bono- sino disponer de un mecanismo de emisión conjunta. "Lo más importante es que estemos unidos en los mercados, sin que aumenten las divergencias en la UE. No es aceptable que cada país tenga que hacer frente solo a los costes derivados de esta emergencia. Por eso tenemos que trabajar en mecanismos de mutualización y buscar un vehículo nuevo, o dentro del Marco Presupuestario Plurianual (MFF) que pueda servir para la recuperación económica, para abordar juntos las inversiones necesarias", ha defendido la titular de economía española que ha insistido en que el acuerdo del Eurogrupo o la carta que dirija posteriormente su presidente, Mário Centeno, a los líderes de la UE debe recoger claramente "que hay que trabajar en instrumentos a corto plazo y a largo plazo" para poner en común los costes derivados de la emergencia", tal y como defiende también el Gobierno francés.

"Hoy tenemos que incluir dentro de nuestras reflexiones y en el paquete que se de a los líderes una referencia a esta cuestión. Es un asunto complejo que debe ser abordado a nivel de los jefes de estado y de gobierno. Pero hoy tenemos que ver hasta donde se puede llegar", ha explicado sin pronunciarse sobre cuál sería el volumen adecuado para este nuevo fondo o plan de recuperación. "No es el momento de fijar una magnitud sino de ver cuales son los márgenes y las necesidades y como utilizaríamos estos instrumentos para estimular la economía", ha dicho.

Triple cortafuegos

España, en todo caso, ve con buenos ojos el triple cortafuegos cocinado en las últimas semanas en el Eurogrupo: a través de una línea de crédito precautoria del fondo de rescate europeo (MEDE) que podría movilizar unos 240.000 millones de euros, los 200.000 millones en garantías del BEI y los 100.000 millones del nuevo fondo SURE destinado a financiar los ERTEs. El plan todavía genera resistencias entre los gobiernos europeos, especialmente la utilización del Fondo de rescate y las condiciones exigidas para acceder a estos créditos. Según ha explicado Calviño, las únicas condiciones exigidas deben ser las relacionadas con la respuesta sanitaria aunque eso no exime a los gobiernos de tener que cumplir con las reglas fiscales a las que están sujetos todos los Estados miembros. "Pero sin que haya ningún tipo de condicionalidad específica relacionada con cada uno de los países. No creo que haya que contemplar ningún tipo de condicionalidad específica para país ni reformas relacionadas con el ámbito sanitario", ha avisado.

Además, como ya advirtiera durante el último Eurogrupo, Calviño ha vuelto a dejar claro que España no tiene "ninguna necesidad en este momento" de acceder a la liquidez del fondo de rescate porque se financia sin problemas en los mercados financieros. "Estamos abordando nuestro calendario de emisión de deuda publica con unos resultados positivos en términos de plazos, de demanda y de tipos de interés. Por tanto, No vemos ninguna necesidad de acceder a ningún tipo de mecanismo de liquidez adicional", ha reiterado.

Dicho esto, el Gobierno sí considera importante disponer de una línea de liquidez precautoria abierta a todos los países directamente vinculada a la financiación de los costes de la pandemia. "No es una cuestión que esté en el horizonte para España pero nos parece importante ampliar al máximo las posibilidades para que todos los Estados miembros puedan acceder de forma eficaz a los instrumentos de liquidez que nos hemos dotado", ha señalado.