"No nos han dicho nada, ni un mail, ni un comunicado, ni una asamblea, hemos venido a trabajar con normalidad, pero estamos angustiados", han manifestado a las puertas del gran edificio del touroperador en Palma de Mallorca un chico y una chica, empleados de la multinacional.

En la sede reina la normalidad, rota por la presencia de unos pocos periodistas, las bicicletas de los empleados están aparcadas en su resevado y la zona está repleta de coches.

Los trabajadores han explicado que temían que se produjera la quiebra, pero el concurso les ha cogido por sorpresa. "Ha sido todo de repente y no sabemos nada".

A Thomas Cook se ha desplazado también el hotelero Borja Nicolau para interesarse por el futuro de un grupo de turistas que tiene alojados en sus establecimientos. "No me han dicho nada, no me han remitido una notificación oficial sobre qué hacer con estos clientes. Yo de momento no saco a nadie del hotel. Sé por la prensa que Condor sigue funcionando y Thomas Cook Alemania también opera", ha explicado Nicolau.

Los empleados tiene miedo a no cobrar su salario de este mes por la crisis: "tenemos que cobrar el día 27 y ahora no sabemos qué pasará".

La esperanza de los trabajadores es que ellos están contratados por una empresa diferente al touroperador y no saben si esa empresa está afectada por el concurso.