El 44 por ciento de los consejeros delegados de las principales compañías españolas prevé aumentar su plantilla entre un 6 y un 10 por ciento en los próximos años. Esta es una de las conclusiones del quinto informe 'Global CEO Outlook' elaborado por KPMG para el que se ha entrevistado a 1.300 máximo ejecutivos de las mayores compañías del mundo, incluidas 50 españolas.

El estudio también aborda la estrategia para mejorar las capacidades digitales de las empresas y la coincidencia es plena: el 86 por ciento de los primeros ejecutivos españoles encuestados señalan las fusiones o las adquisiciones (el 84 por ciento en el ámbito global). El interés fundamental, indica KPMG, se centra en la capacidad que pueden aportar estas operaciones para transformar un modelo de negocio con más rapidez que con el crecimiento orgánico.

Los primeros ejecutivos de las grandes compañías españolas se muestran cautos, pero aún así destacan las previsiones positivas, por ejemplo en la mejoría del empleo, con una tasa superior a la de sus homólogos encuestados a nivel global, que prevén un crecimiento del empleo del 36 por ciento.

Más facturación

El aumento del empleo, según el análisis de KPMG, se correspondería con el incremento previsto de facturación, que será del 2 por ciento en los próximos tres años según el 58 por ciento de los máximos directivos españoles.

Las previsiones de menor crecimiento en 2019 que manejan todos los organismos internacionales y la desaceleración económica registrada en varias economías provocan la cautela y un ligero descenso de la confianza de los máximos ejecutivos a nivel global, pasando del 67 al 62 por ciento. En el caso de las compañías españolas, la tasa se sitúa en el 64 por ciento, en línea con sus homólogos internacionales.

Hilario Albarracín, presidente de KPMG en España, señaló que "los máximos ejecutivos de las empresas están reprogramando sus compañías para hacer frente al cambio constante y crear organizaciones más ágiles y resilientes en el futuro. En este escenario, la inversión en tecnología es condición 'sine qua non' para sobrevivir en la era digital, ya que permite transformar los modelos de negocio tradicionales, gestionar los riesgos de forma efectiva y anticiparse a las necesidades y demandas de los clientes".

El informe aborda las principales preocupaciones y riesgos: los operacionales de cada compañía, los derivados de las tecnologías disruptivas, los climáticos, el proteccionismo y la ciberseguridad. La percepción en este caso varía ligeramente entre los directivos de empresas españolas y sus homólogos internacionales. Los consejeros delegados de corporaciones extranjeras sitúan en primer lugar los climáticos, seguidos de los tecnológicos y el proteccionismo. Los nacionales colocan el operacional en cabeza. En lo que sí coinciden es en que la ciberseguridad se convierte en un elemento clave, y pese a los ataques cada vez más sofisticados y numerosos, las grandes compañías dicen estar preparadas para hacerles frente. Así lo declararan el 64 por ciento de los primeros ejecutivos españoles, una tasa que previamente se situó en el 44 por ciento. Para el 64 por ciento de las compañías nacionales y el 71 por ciento de las globales, la ciberseguridad es un elemento estratégico y un factor de ventaja competitiva.

Inteligencia artificial

La agilidad en todos los ámbitos de la compañía es fundamental, según coinciden en señalar dos de cada tres encuestados por KPMG. Quien sea demasiado lento para adaptarse, desaparecerá. Y esto no afecta sólo a los procesos, sino al conjunto de la compañía y de quienes la componen, también sus primeros ejecutivos, quienes indican que la duración media de su mandato en la actualidad se ha reducido de los seis años en 2013 a los cinco actuales. En esto coinciden el 62 por ciento de los máximos responsables de compañías españolas, pero la tasa a nivel global se eleva hasta el 74 por ciento.

El futuro sin duda pasa por la inteligencia artificial. Por eso el 16 por ciento de los primeros ejecutivos globales, y el 4 por ciento de los españoles, han implementado ya programas de automatización en las compañías que dirigen. Otro 36 por ciento de los españoles (31 por ciento globales) señala que los están experimentando en fase piloto, aunque la mayoría -el 60 por ciento- todavía mantiene una aplicación limitada de la robotización.