La aerolínea irlandesa de vuelos económicos Ryanair perdió 19,6 millones de euros netos en el tercer trimestre de su año fiscal 2018 (entre octubre y diciembre), frente al beneficio de 105,6 millones de euros que obtuvo en el mismo periodo en 2017, debido a la caída en el precio de sus billetes.

El balance de resultados para el tercer trimestre no incluye los 46,5 millones de euros invertidos para hacerse el pasado julio con el control total de LaudaMotion, en cuyo caso las pérdidas se sitúan en 66,1 millones de euros netos.

En un comunicado remitido este lunes a las bolsas de Londres y Dublín, la aerolínea dirigida por Michael O'Leary indicó que su tráfico de pasajeros en el tercer trimestre aumentó el 8 %, hasta 32,7 millones, mientras que facturó 1.530 millones de euros, el 9 % más que un año antes.

Sin embargo, Ryanair redujo su capacidad durante la temporada invernal y el precio de sus tarifas aéreas cayó un 6 %, hasta situarse en un coste medio de 30 euros, explicó el directivo.

La aerolínea también informó de que obtuvo un beneficio acumulado de 1.176 millones de euros netos en los nueve meses fiscales hasta el pasado diciembre, el 16 % menos que en el año anterior, si bien precisó que esos resultados no están aún auditados.

Al tener en cuenta los datos de LaudaMotion en ese periodo de nueve meses, la caída de beneficios respecto a 2017 fue del 22 %, hasta los 1.084 millones de euros netos, agregó Ryanair.

"Aunque la pérdida de 20 millones en el tercer trimestre es una decepción, nos consuela saber que se debió enteramente a la debilidad inesperada de las tarifas aéreas, por lo que nuestros clientes disfrutan de precios bajos récord, lo que es bueno para el crecimiento del tráfico actual y futuro", señaló O'Leary.

Asimismo, O'Leary recordó hoy que el aumento del 26 %, hasta 557 millones de euros, en los ingresos auxiliares -que incluyen las ventas a bordo, recargos por equipaje o tarifas de embarque con prioridad- se vio contrarrestado por una subida en los costes del combustible.

También influyeron, dijo, el repunte en los gastos de plantilla y en las compensaciones pagadas a clientes como consecuencia de las huelgas convocadas el pasado verano por pilotos y personal de cabina.

El abaratamiento de los billetes ya obligó a Ryanair a revisar hace dos semanas, por segunda vez en cuatro meses, su previsión de beneficios para su año fiscal, ante la posibilidad de que las ventas en la temporada invernal caigan un 7 %.

La aerolínea líder en Europa del sector de bajo coste situó su expectativa de beneficios para el ejercicio marzo 2018/2019 entre 1.000 y 1.100 millones de euros, frente a la estimación de 1.100 a 1.200 millones de euros efectuada en octubre.

"Nosotros no compartimos el optimismo en las previsiones efectuadas por nuestros competidores para el verano de 2019 respecto a una subida del precio de la tarifa aérea", agregó hoy Ryanair en la nota, por lo que no descartó otra revisión a la baja en los próximos meses.