El presidente de Banco Popular y de Santander España, Rodrigo Echenique Gordillo, ha adelantado que la entidad llevará a cabo el próximo año un proceso de reajuste de oficinas y plantilla.

Así lo ha señalado durante su comparecencia en la Comisión de Investigación sobre la crisis financiera en España, en la que ha indicado que el banco revisa de manera continuada su modelo de funcionamiento y de oficinas en el marco de oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías y la digitalización.

"En Madrid se encontrarán que en una esquina hay cuatro oficinas fruto de la adquisición que hicimos de otros bancos que fuimos comprando, de modo que tendremos que hacer una reordenación", ha indicado Echenique.

En este sentido, el directivo ha señalado que Banco Santander siempre ha pactado con los sindicatos las condiciones de este tipo de reajustes. "En la reordenación de oficinas y plantilla nos hemos puesto de acuerdo siempre con los sindicatos, no hemos hecho nunca nada sin llegar a un acuerdo", ha asegurado.

Así, ha recordado que el último Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que llevó a cabo Santander afectó a 2.100 trabajadores, de los que 1.080 se acogieron a bajas voluntarias y solo hubo 20 forzosas.

Santander vio que comprar Popular era inviable

El Banco Santander comprobó que no era posible afrontar la compra del Banco Popular en una operación concertada entre ambas entidades y optó por esperar a su resolución, aunque asegura que este extremo "no era deseable ni deseado". Echenique ha negado cualquier conspiración para que el Santander se quedara con el Popular por el precio simbólico de un euro en junio de 2017".

"El deterioro del banco (Popular) y las dudas sobre el éxito de una operación privada nos llevaron a contemplar la posibilidad de una solución distinta. Si la operación privada no es posible, a lo mejor es posible una solución distinta en el marco de resolución de bancos", ha afirmado el vicepresidente Rodrigo Echenique.

En todo caso, ha asegurado que no era ése el "objetivo" del Santander. "Nosotros teníamos otro objetivo. Es una solución pésima. Es dramático que un banco con 140.000 millones en activos se encuentre en proceso de resolución en Europa", ha dicho en el Congreso, durante su comparecencia ante la comisión que investiga la crisis.

Echenique ha señalado que esta opción podía tener "consecuencias devastadoras en España", teniendo en cuenta además que no existían precedentes de un proceso similar. En todo caso, ha dicho que estaba "amparado" por la normativa europea y española, "ajustado a la ley" y "lógico en términos económicos".

En este sentido, ha dicho que considera "muy difícil que se desvirtúe" el proceso de resolución, pues ha subrayado que "está perfectamente hecho", y ha recalcado un antecedente en Chipre, donde el Tribunal de Justicia de la Unión Europea "ha confirmado la legalidad de un proceso similar" en un banco de este país.

La posibilidad de comprar el Popular se produjo apenas un mes antes, ha explicado Echenique, cuando el Santander fue invitado, junto a otros competidores, a un proceso privado de adquisición que la entidad entonces presidida por Emilio Saracho "esperaba cerrar con mucha rapidez".

El Santander recibió el 5 de mayo esta invitación y el 18 de mayo comunicaron por escrito "categóricamente" que no podían presentar una oferta en el marco de este tipo de operación. "Hasta esa fecha, no hicimos ninguna oferta", ha asegurado, a pesar de las "ventajas estratégicas evidentes" de una potencial adquisición.

"No podía seguir funcionando ni un día más"

Echenique ha asegurado ante la comisión que el Popular "no podía seguir funcionando ni un día más" sin una asistencia que garantizara liquidez a la entidad. "Nos dimos cuenta tan pronto tomamos control del banco", ha dicho.

Hasta su resolución, había perdido unos 20.000 millones de euros en sus depósitos, repartidos, según ha dicho, de forma muy similar entre los diferentes clientes del banco. Así, unos 5.000 millones correspondían a instituciones públicas, 6.000 millones a particulares, 5.000 millones de empresas y el resto de banca corporativa.

En todo caso, ha afirmado discrepar con la afirmación de su predecesor, Emilio Saracho, de que "el banco estaba condenado". "Faltaba una coletilla. No estaba necesariamente condenado. Estaba condenado si no se hacía nada", ha dicho, señalando que, con una operación privada "tenía perfectamente salvación". "Necesitaba algo para salir adelante. Lo intentaron", ha apostillado.

Durante su comparecencia, Echenique ha justificado que el día de su resolución "el banco no valía nada". "Lo que podíamos poner era un euro", ha recalcado. "No nos hemos encontrado ninguna joya en el cajón, hemos encontrado lo que esperábamos encontrar, un banco en una situación severa y crítica", ha abundado.