La Comisión Europea (CE) mejoró hoy sus previsiones de crecimiento para España hasta el 3,1 % en 2017 y el 2,5 % en 2018, pero advirtió del riesgo de que la crisis de Cataluña tenga un impacto en la economía que todavía no puede calcular.

"Las reacciones del mercado a los recientes acontecimientos en Cataluña se han contenido. Existe el riesgo de que futuros desarrollos puedan tener un impacto sobre el crecimiento, que no puede anticiparse en este momento", dijo el Ejecutivo comunitario en sus previsiones macroeconómicas de otoño para España presentadas hoy.

En comparación con sus previsiones de primavera, la Comisión ha elevado tres décimas la proyección de crecimiento para este año, al 3,1 % del PIB, la misma cota que prevé el Gobierno español, y una décima la del próximo, al 2,5 %, superior al 2,3 % que estima el Ministerio de Economía.

El Gobierno de España sí puso cifras a la crisis catalana y prevé que reste entre cuatro y cinco décimas de crecimiento del PIB en 2018, unos 5.000 millones de euros, dado que de no haberse producido el contencioso el alza hubiera sido de entre el 2,7 % y el 2,8 % del PIB, según el ministro de Economía, Luis de Guindos.

En el informe presentado hoy, la Comisión Europea prevé que en España el crecimiento "se mantenga robusto" impulsado por el consumo privado y las exportaciones, pero que "se reduzca en adelante" por la ralentización del consumo, aunque admite que podría también darse un impacto positivo por una contribución "más fuerte de lo esperado" de las exportaciones.

Para 2019 prevé un crecimiento del 2,1 %.

Por otra parte, El Ejecutivo comunitario espera que el déficit público se rebaje del 4,5 % en 2016 al 3,1 % en 2017, en línea con el objetivo pactado con Bruselas, y al 2,4 % en 2018, una cota por encima del objetivo del 2,2 % pero que permitiría a España salir del procedimiento por déficit excesivo al dejar atrás la cota del 3 %.

En 2019 el desvío sería del 1,7 %.

Son previsiones más optimistas que las últimas de Bruselas, que apuntaban a un desvío del 3,2 % este año y del 2,6 % el próximo, y similares a las del Gobierno, que espera un 3,1 % y un 2,3 %, respectivamente.

Bruselas advierte, sin embargo, de que por el lado fiscal existen riesgos ligados al posible impacto de un acuerdo sobre las carreteras de peaje en dificultades y a la "incertidumbre sobre el presupuesto de 2018", que el Gobierno aún no ha aprobado por no tener garantizados apoyos suficientes.

En cuanto a la deuda, la CE espera que se reduzca del 99 % del PIB en 2016, al 98,4 % este año, al 96,9 % en 2018 y al 95,5 % en 2019.

La Comisión prevé que prosiga la creación de empleo pero que su ritmo se modere de aquí a 2019, y estima que la tasa de paro bajará al 17,4 % en 2017, al 15,6 % en 2018 y al 14,3 % en 2019.

El crecimiento de salarios será "suave" este año pese al alza de la inflación, pero "aumentará gradualmente" en 2018 y 2019, según la CE.

Eleva la previsión en la eurozona al 2,2 %

También ha elevado hoy sus estimaciones de crecimiento económico en la eurozona durante 2017 hasta el 2,2 %, el mayor aumento en una década, mientras que para 2018 anunció un incremento del PIB del 2,1 % en los diecinueve países que comparten la moneda única.

En sus previsiones macroeconómicas de otoño publicadas este jueves, el Ejecutivo comunitario también espera un crecimiento económico del 2,3 % para 2017 y del 2,1 % para 2018 en el conjunto de la Unión Europea.

Todas esas cifras son superiores a las incluidas en las proyecciones de primavera de la CE, cuando Bruselas predijo una subida del PIB del 1,9 % en los Veintiocho durante 2017 y 2018 y del 1,7 % este año y del 1,8 % el próximo en los países del euro.

"Tras cinco años de recuperación moderada, el crecimiento europeo ahora se ha acelerado. Vemos buenas noticias en muchos frentes, con más puestos de trabajos creados, aumento de la inversión y fortalecimiento de las finanzas públicas", aseguró en un comunicado el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici.

No obstante, el político francés reconoció que los desafíos se mantienen "en forma de altos niveles de deuda y suaves aumentos salariales", y pidió fortalecer la eurozona para hacerla "más resistente a impactos futuros".