El fabricante aeronáutico europeo inicia este otoño la reducción de la cadencia de producción de su avión gigante A380, con el objetivo de dejarla en una unidad al mes en 2018, frente a las 27 que tiene previsto entregar este año, en respuesta a las escasas ventas.

"Esta decisión nos permite escalonar nuestras entregas en espera de nuevos encargos", explicó el director del programa A380, Alain Flourens, en una entrevista publicada hoy por "Le Figaro", en la que insistió en su convicción de que este aparato tiene un futuro comercial, pese a la situación actual.

Fluorens señaló que "el A380 sigue teniendo su lugar en la cartera de productos de Airbus. Responde perfectamente al alza del tráfico aéreo y a la saturación de los aeropuertos".

El hecho es que el pasado mes de julio, el constructor europeo indicó que rebajaba el ritmo de fabricación de esta aeronave con capacidad para transportar 500 pasajeros -la mayor de la aviación comercial- después de que la cartera de pedidos prácticamente no se ha movido en los dos últimos años.

Tom Enders se mostró convencido después de ese anuncio de que en unos años el ritmo de producción volvería a incrementarse.

En sus previsiones para los próximos 20 años, la empresa sigue estimando que la demanda para grandes aviones de más de 400 plazas (como el A380 o 747 de Boeing) será de 1.500 aviones en el mundo.

Unas previsiones que se sustentan en que el tráfico aéreo global se duplica cada 15 años, y que los grandes aeropuertos de las metrópolis van a tener que gestionar problemas de saturación pese a las mejoras en la gestión de los aterrizajes y despegues para poner más operaciones cada hora.

En total, tiene pendientes de entrega 124 unidades de los 319 que ha vendido desde el comienzo del programa en 2000, lo que explica la decisión de no sacar de la cadena de ensamblaje una al mes, y eso pese a que se espera colocar una docena en Irán, una vez que se consiga la licencia de exportación.

Mientras llega una eventual recuperación de este nicho de mercado, Fluorens dijo que el fabricante va a trabajar en "la optimización del avión actual" para "mejorar su productividad" con acondicionamientos que ofrezcan más flexibilidad y libertad en la disposición de la cabina, según las necesidades de las compañías.

Se descarta preparar una nueva versión, que implicaría invertir cientos o incluso miles de millones de euros, sin garantías para recuperarlos en un horizonte previsible.