Moody's ha mantenido este viernes en aprobado medio (Baa2) la nota de la deuda soberana española, pero ha rebajado su perspectiva de positiva a estable, dado que "sea cual sea la composición" del próximo gobierno ven improbable que se adopten nuevas reformas estructurales en los próximos tres o cuatro años.

"La fragmentación política que emergió de las elecciones del 20 de diciembre no conducirá a una renovada aceleración del 'momentum' de las reformas en España", señala la agencia de calificación de riesgos.

Además hacen hincapié en que las mejoras legislativas de los últimos años han tenido un impacto menor de lo que anticipó Moody's cuando decidió poner en perspectiva positiva la nota española en 2014, y es por ello que ahora la rebajan a estable.

Como ejemplo, reprochan que a pesar de que se legisló para que las autoridades del gobierno central tuvieran más fuerza sobre las regionales a la hora de hacer cumplir los objetivos fiscales, "en la práctica generalmente se ha elegido no utilizar" estos mecanismos.

La ley de unidad de mercado ha sido además "extremadamente lenta", y a pesar de la reforma de las pensiones, la baja inflación ha restado casi todo el impacto a esta medida, con lo que los fondos de la Seguridad Social son una "amenaza" para las finanzas públicas.

En todo caso, alertan de que si se revierten estas reformas que se han venido implementando en los últimos años, esto añadiría presión a la baja en la nota de su deuda soberana.

Según la agencia, aunque los retos económicos y fiscales en España siguen siendo sustanciales, es "improbable" que el país implemente reformas adicionales significativas, lo cual tiene implicaciones negativas para el crecimiento y la deuda, advierten.

A su juicio, esto se debe en parte a que el sentido de "urgencia" sobre la necesidad de cambios económicos se ha disipado por la recuperación económica y en ausencia de presión de los mercados.

Pero también lo achacan a la fragmentación parlamentaria: "No importa como se resuelva el actual impasse, y tampoco la composición de futuros gobiernos", ya que Moody's cree que hay escasas señales de que el grupo que gobierne implemente más reformas, ya que los partidos más proclives a ello no disponen de fuerza suficiente para legislar.

Para la agencia, aunque el actual crecimiento español está entre los más potentes de la zona euro (3,2% en 2015), esto se debe más a una cuestión cíclica que estructural, y su potencial de subida del PIB a medio plazo es de un 2% dados los niveles de desempleo y la deuda acumulada, entre otros factores.

Para Moody's, y este es otro de los factores clave de la decisión, el déficit público español no cumplirá los objetivos ni este año ni los próximos, lo que evitará que se reduzca una deuda pública en el entorno del 100 % del PIB.

Además, aunque lo consideran "altamente improbable en estos momentos", la posibilidad creciente de que Cataluña se independice de España sería negativa para la nota del país, dada la importancia económica y el tamaño de la comunidad autónoma.

Moody's es de las tres grandes agencias la que da una nota más baja a la deuda soberana española, un escalón por debajo de Fitch y Standard&Poor's.