El Banco Central Europeo (BCE) no excluye que Grecia salga de la zona euro, e insiste en que si eso ocurre sería responsabilidad del Gobierno de este país, que decidió poner fin a las negociaciones con sus acreedores, afirmó Benoît Coeuré, miembro de su directorio.

"La salida de Grecia de la zona euro, que era un objeto teórico, ya no puede desgraciadamente excluirse", señaló en una entrevista publicada hoy por el diario económico francés "Le Echos" Coeuré, que añadió que "es el resultado del Gobierno griego".

Insistió en que tanto el BCE como las autoridades europeas quieren que Grecia siga en la moneda única, y por eso hicieron su propuesta la semana pasada, que en particular rebajaba las exigencias en términos de superávit fiscal.

"La decisión de interrumpir las discusiones la tomaron las autoridades griegas. Nos sorprendió porque estábamos al término de intercambios intensos y bastante fructuosos", argumentó.

En cualquier caso, se mostró convencido de que si los griegos votan "sí" en el referéndum del domingo, "las autoridades de la zona euro encontraran la manera" de poner en marcha un programa de ayuda, aunque el actual expire hoy.

Reconoció que el Ejecutivo de Alexis Tsipras había hecho una prioridad de la reestructuración de la deuda griega, pero a eso alegó que el Eurogrupo desde el 20 de febrero habían advertido de que eso no se discutiría más que en una segunda fase, y que antes lo que había que hacer era "un programa de reformas creíble".

En cuanto a las posibles consecuencias de un abandono de Grecia de la moneda única, Coeuré admitió que el bajón de ayer en los mercados demuestra que hubo "un efecto sorpresa" porque hasta el miércoles no contemplaban la ruptura de las negociaciones.

Pero añadió que la reacción ha sido "relativamente moderada", lo que a su juicio muestra "hasta qué punto Grecia es un caso único", también "la resistencia de la zona euro a los choques exteriores", y que "las redes de seguridad puestos en marcha estos últimos años han cumplido su papel".

En cualquier caso, dijo que hay que mantenerse "vigilantes" y que "si hubiera riesgos, estamos dispuestos a utilizar los instrumentos de los que disponemos" como el programa de operaciones monetarias de compraventa o "Outright Monetary Transactions" (OMT), pero también "nuevos instrumentos en el marco de nuestro mandato".