José Luis Salinas

El poder político, económico y científico se reúne cada año en las montañas suizas para debatir sobre el futuro del mundo. Es el llamado Foro de Davos. A este selecto grupo, del que solo forma parte una pequeña élite social formada por grandes empresarios, políticos de primera fila, premios Nobel o artistas, se sumó este año el español Bruno Sánchez-Andrade Nuño, que trabaja como científico de datos para el Banco Mundial en Washington. Este astrofísico de formación de 33 años fue ponente en varias sesiones centradas en el cambio climático y la pobreza. "Davos es una conferencia única donde es fácil encontrarse y charlar con otros participantes a los que sólo sueles ver en los medios", asegura ya de vuelta a su trabajo en la capital de Estados Unidos.

Un premio que convoca la propia organización del foro, llamado "Young global leader", permitió al español exponer sus ideas acerca de temas ligados con la ciencia. Es una forma que tienen los organizadores de buscar el nuevo talento emergente. "Una parte del galardón consiste en que te invitan a formar parte de la estructura de las conferencias y eventos durante cinco años para que, junto con los otros premiados, puedas escalar y aumentar el impacto de lo que haces", explica Sánchez-Andrade. "En Davos las sesiones en las que hablas son, al final, tan importantes como en las que escuchas o los eventos informales alrededor de las sesiones".

En los pasillos del gran edificio que alberga este foro el español vivió momentos inolvidables, como poder charlar un rato con uno de sus referentes, Hans Rossling, un médico y estadista sueco famoso por haber estudiado los vínculos entre el desarrollo, la agricultura, la pobreza y la salud en África, Asia e Iberoamérica, y por dar una vuelta de tuerca a las series estadísticas, tratando de hacerlas más comprensibles. "Su trabajo ha sido una inspiración y motivación para mí", asegura.

Sánchez-Andrade lleva literalmente diez días en su nuevo trabajo en el Banco Mundial, en el que trata de dar un sentido práctico a las toneladas de datos que maneja esta institución. Estudia, por ejemplo, imágenes de satélite para luego promover proyectos de acceso a electricidad en zonas rurales, o intenta detectar zonas de vulnerabilidad costera (el peligro que hay de un potencial aumento del nivel del mar, entre otras cosas) cruzando datos de redes sociales y topográficos.

La trastienda de la organización de Davos, argumenta el joven, es perfecta, todo funciona como si de un reloj suizo se tratara. "En todo momento sabes qué pasa, cuándo, dónde y quién participa", resalta. Y en el foro cabe todo. El último día de las conferencias Sánchez-Andrade dejó el traje y la corbata en el armario del hotel y acudió a la cita ataviado con el traje típico asturiano. "Ya me ha pasado unas cuantas veces que en las galas internacionales los chinos, mongoles, indios, árabes? van con sus trajes tradicionales y me parece un toque de respeto hacia los organizadores, de autenticidad, y una buena muestra del perfil internacional de la gala. Más allá de un mar de trajes y corbata", explica.

En los días anteriores, el español -que ha trabajado para la Nasa y la compañía de cartografía Mapbox y hace unos meses le probó las gafas de Google (Google glass) a Mariano Rajoy, durante una visita a Washington- había participado en conferencias en las que se analizó de manera detallada como el cambio climático afecta a las comunidades más pobres. Un estudio que ha ocupado una parte fundamental en su carrera profesional. "Los eventos extremos, como inundaciones, sequías o tormentas frías pueden rápidamente afectar a los frágiles medios de vida de los que no pueden permitirse el lujo de ahorrar dinero y los datos nos permiten medir y monitorear las emisiones de carbono para mitigar las consecuencias futuras". Y asegura que en las mesas en las que participó: "Hablamos también de problemas simples pero muy importantes". Defiende a ultranza la validez de las conclusiones que se alcanzan en Davos "más allá de los grandes titulares que dejan los millonarios, famosos o políticos".