La banca tendrá que sanear ahora 30.000 millones más por su exposición inmobiliaria teóricamente sana que, junto a los 54.000 millones exigidos a principios de febrero, permitirán que quede cubierta casi la mitad del riesgo del ladrillo.

El Consejo de Ministros ha aprobado hoy la segunda reforma financiera del Ejecutivo de Mariano Rajoy en apenas tres meses, que para recuperar la confianza de los inversores ahonda en la limpieza del balance de los bancos, con 307.000 millones de riesgo promotor.

A principios de febrero se obligó a las entidades a sanear cuanto antes sus activos problemáticos, una cartera de unos 184.000 millones, pero Economía ha decidido que había que ir más allá.

Por eso encargará a dos entidades independientes una valoración del ladrillo que está en el balance de los bancos y da una nueva vuelta de tuerca al esfuerzo de saneamiento del sector.

La nueva reforma pone el foco en los activos inmobiliarios teóricamente sanos, casi 123.000 millones. Esto se traduce en una limpieza adicional, de forma preventiva, de unos 30.000 millones, en línea con la horquilla adelantada por Efe a principios de semana.

Ahora los bancos tendrán que presentar ante el Banco de España sus planes para cumplir con las nuevas exigencias antes del 11 de junio y el supervisor se tomará 15 días hábiles para estudiarlos.

Las nuevas exigencias tendrán un importante impacto en los resultados de la banca española y buena parte del sector entrará en pérdidas si no obtiene ingresos extraordinarios, mientras que otras entidades directamente serán incapaces de lograrlo por sí solas.

En estos casos, el Gobierno recuerda que hay prórroga de un año si se acometen fusiones y también la posibilidad de recibir apoyo público, a cambio de pagar anualmente unos intereses al Estado cercanos al 10 % y con el compromiso de reestructuración.

El titular de Economía, Luis de Guindos, calcula que bastará con inyectar unos 15.000 millones, contando la toma de control de Bankia, las subastas de Banco de Valencia, CatalunyaCaixa y posiblemente la de NovaGalicia.

La idea expuesta por el ministro en rueda de prensa es que sin absoluta certidumbre sobre la solvencia del sector bancario, la recuperación económica se hace mucho más difícil.

Además, De Guindos ha vuelto a augurar que sus medidas ayudarán a devolver la confianza de los mercados y ha puesto como ejemplo que en las hipótesis más estresadas, si el 75 % del ladrillo teóricamente sano dejara de serlo, la mitad del riesgo total estaría cubierta.

Por eso se ha mostrado convencido de que con los nuevos cambios fluirá el crédito y saldrán a la venta viviendas a precios más razonables, a lo que también podría ayudar la obligación de que todos los bancos trasladen a sociedades especializadas sus inmuebles adjudicados.

Este traspaso deberá ser efectivo a cierre de 2012, salvo en el caso de fusiones que se dará un año más, y hará más fácil que en el futuro, si el banco encuentra un socio que controle la inmobiliaria puede desprenderse de ese riesgo.

Las entidades que reciban ayudas, además de pasar los adjudicados a estas inmobiliarias, tendrán que perder el control de las sociedades antes de que se cumplan 3 años y tendrán que ir vendiendo anualmente al menos un 5 % de los activos.

Con la norma aprobada hoy los bancos elevan de media las cobertura de los créditos sanos del 7 al 30 %, aunque se distingue entre tipo de activos.

En los suelos al corriente de pago, unos 25.000 millones, la cobertura con provisiones pasará del 7 al 52 % y la de las promociones en curso, unos 16.000 millones, del 7 al 29 %.

En el caso de las viviendas terminadas, unos 61.000 millones, pasa a estar cubierta del 7 al 14 % y los créditos sin garantía real, unos 18.000 millones, del 7 al 52 %.