El presidente del PP, Mariano Rajoy, exigió ayer al Gobierno que controle el gasto público y propuso «una gran poda» en las administraciones públicas, «la gran asignatura pendiente de la democracia española», aseveró.

José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, defendió por su parte la labor de los sindicatos frente a quienes «cuestionan» su papel y el de los delegados sindicales, en alusión al PP, al tiempo que elogió la labor del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, por sus políticas de protección a los parados.

El presidente del PP afirmó en Antequera (Málaga) que el dinero público «hay que gastarlo en sanidad, en pensiones y en educación, no hay que recortar las pensiones de nuestros mayores». Y señaló que su partido «no se resigna a que haya 4,7 millones de parados que quieren trabajar y no pueden». Precisó que «los populares» «están dispuestos a solucionarlo».

Rajoy aseguró que el PP trabajará «para que los jóvenes de hoy tengan un futuro mejor que sus padres, como ha sido siempre» y lamentó que la cifra de paro juvenil alcance el 42%, el doble que en el resto de Europa. «Hay muchos jóvenes con un horizonte difícil por delante y muchos muy cualificados que no encuentran un trabajo que se corresponda con su cualificación profesional. Esto tiene solución», afirmó.

Zapatero, por su parte, ante la discusión de la reforma laboral y pese a la huelga general convocada para el 29 de septiembre, salió ayer en la ciudad catalana de Gavà en defensa de los sindicatos después de que la presidenta de la Comunidad de Madrid y dirigente del PP, Esperanza Aguirre, hablase de la necesidad de reducir el número de liberados sindicales.

«Nosotros no cuestionaremos nunca el papel de los sindicatos y de los representantes sindicales, puesto que los consideramos importantes para el discurrir de una sociedad democrática y libre. Sabemos trabajar a su lado y pactar con ellos», aseguró el Presidente.

No obstante, Zapatero dejó claro que el PSOE sabe «asumir responsabilidades cuanto toca pese a las discrepancias, que respetamos,» con los sindicatos. Y se reafirmó en la necesidad de «cambiar el mercado laboral» porque «no funciona» y bajo la idea de que «los esfuerzos de hoy» deben servir para «la prosperidad de mañana».

El presidente del Gobierno añadió durante su intervención en Gavá que «lamentablemente un Gobierno no tiene la capacidad de tocar un botón y que haya más o menos desempleo. Pero sí tiene capacidad, y ahí es donde se mide su proyecto, para apoyar más o menos a los que no tienen trabajo. Corbacho ha sido el ministro que ha dado más protección a los parados en la historia de España», concluyó Zapatero.