El secretario general de UGT, Cándido Méndez, se mostró «convencido» de que «el juez más duro de la contrarreforma laboral va a ser la propia realidad, la evolución del mercado laboral» y ha exigido que se rectifiquen las políticas en esta materia «cuanto antes».

La realidad «va a ser el peor juez de esta contrarreforma laboral del Gobierno», insistió, al apreciar que «nos dará la razón -a los sindicatos-» y opinar que el Gobierno central, en su política laboral, «más vale que rectifique cuanto antes porque en caso contrario la situación puede empeorar»

Cándido Méndez participó ayer en Zaragoza en la XII edición del Día del Afiliado de UGT, que se celebró en el Parque de Atracciones de la capital aragonesa. En este acto, al que asistió también el secretario general de UGT-Aragón, Julián Lóriz, participaron más de un millar de personas llegadas de toda la Comunidad.

En declaraciones a los medios de comunicación, Cándido Méndez defendió que la huelga general convocada por los sindicatos para el próximo 29 de septiembre «está tomando mucho cuerpo», de forma que «aquello que parecía una pequeña ola, lejos en el mar, a principios de septiembre, a medida que se acerca el día 29 es una ola cada vez mayor».

A su juicio, la jornada de huelga general «se va a convertir en una gran ola democrática, constitucional, de mucho alcance social que obligará, más pronto que tarde, a que el Gobierno rectifique la contrarreforma laboral, a que devuelva lo que ha arrebatado a los pensionistas y empleados públicos del país y a no proseguir» con su intención de «imponer una medida tan injusta e innecesaria como es el desplazamiento de la edad de jubilación obligatoria hasta los 67 años». En este mismo sentido, señaló que «no conozco a ningún Gobierno que, ante una convocatoria de huelga general, haya dicho que va a rectificar», si bien agregó que «sí conozco Gobiernos que han tenido que rectificar después de una huelga general y éste no es una excepción», subrayó.

De hecho, recordó que tras la última huelga general, el Ejecutivo de José María Aznar «no sólo tuvo que rectificar», sino que atravesó «una crisis de Gobierno muy importante, una crisis ministerial en ocho ministerios».