El recibo de la luz podría subir a partir del 1 de octubre. Si ocurre así efectivamente y la proporción en que lo haga dependerá del resultado de una subasta entre las eléctricas que se celebrará el día 21 de septiembre. El Gobierno ha optado por congelar la parte regulada de la tarifa, que representa aproximadamente el 50% de la factura. El precio del otro componente, el coste efectivo de la energía consumida, quedará fijado en la comentada subasta.Presumiblemente, indicaron fuentes del sector, habrá incremento, aunque será moderado.

La decisión del Gobierno se produce en el contexto de las conversaciones que mantiene con la oposición en busca de un pacto sobre política energética.

El Ministerio de Industria y el PP ya pactaron en junio suspender una subida de la llamada «tarifa de último recurso» (TUR), la que tienen casi veinte millones de consumidores. El propósito de ese diálogo es detener el incremento del precio de la electricidad en España. El sistema de tarifa arrastra un déficit acumulado –desfase entre los costes efectivos y lo que pagan los consumidores– superior a los 13.000 millones de euros. Y va camino de rondar a final de este año los 18.000 millones.

El PP advirtió estos últimos días de que sólo continuaría negociando el pacto energético si el precio de la luz se mantiene congelado. En realidad, en julio ya subió un 2% por al incremento del IVA. Antes, en enero, la tarifa había subido el 2,6%.

El Gobierno acaba de proponer a la Comisión Nacional de Energía (CNE) que a partir del día 1 de octubre se mantenga estable la denominada «tarifa de acceso». Puede subir, en cambio, el precio de la energía consumida. El Gobierno toma así una posición intermedia entre las exigencias de la oposición y de los consumidores, por un lado, y la conveniencia de contener el déficit tarifario y la presión del «lobby» eléctrico, por otro.

Los pormenores de los dos componentes que marcan el precio de la tarifa se sintetizan a continuación:

l Tarifas de peaje. Las fija el Gobierno y comprenden todos los costes regulados el sistema. Algunos de los capítulos más importantes son las retribuciones de las empresas de transporte y distribución, las primas que cobran los productores de energías renovables y los gastos asociados al déficit tarifario, la deuda pendiente con las compañías eléctricas por los desfases entre costes e ingresos acumulados durante la última década. Para atajar este déficit, que lastra los costes energéticos en España, el Gobierno ha previsto que sea «titulizado», convertido en un producto financiero (título de deuda) que ofrecer a los inversores.

l El coste de la energía consumida. Se determina con los resultados de una subasta que trimestralmente protagonizan las empresas. Este componente de la tarifa viene a ser equivalente a la mitad del recibo para los hogares. Según los indicios que muestra la evolución del mercado mayorista de la electricidad, la subasta del 21 de septiembre se saldará con un incremento de los precios y, por tanto, con un nuevo encarecimiento de la luz.