Los hoteles, cafés y restaurantes, así como las actividades de ocio y cultura propiciaron que los precios subieran un 0,3% en agosto, aunque la tasa interanual disminuyó una décima y situó la inflación en el 1,8%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Para el Gobierno, la subida del IVA tuvo una mínima repercusión en los precios de agosto, ya que, según explicó el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, del impacto máximo de 5 ó 6 décimas que dicha subida tendrá en los precios, la mayor parte ya se ha producido en julio.

Según el INE, los componentes que más influyeron en el aumento de los precios en agosto fueron la hostelería -hoteles, cafés y restaurantes- con un alza del 0,9% y el ocio y la cultura, donde la tasa mensual subió el 1,2% por los viajes organizados, datos que «no sorprenden», en opinión de Campa, debido a la «situación estacional de estas partidas».

Campa subrayó que al tratarse de una época de rebajas, los precios del vestido y el calzado bajaron en agosto el 0,8% y también se redujo el de la vivienda, un 0,1%.

Para el secretario de Estado, se confirma «la normalización» que se viene produciendo desde noviembre, con valores moderadamente positivos en la tasa del IPC, que espera se mantengan o tiendan a ser «ligeramente superiores» en la medida en que se recuperen la economía y el consumo.

Sin embargo, para el coordinador de Economía del PP, Cristóbal Montoro, la subida del IVA ha tenido «una gravísima repercusión» en el aumento de precios, que va a obstaculizar la salida de la crisis. Para Montoro, esta alza impositiva ha sido «un error» porque su impacto ha sido «muy importante» y «muy negativo» en el aumento de la inflación.

Desde el INE se destaca que en la tasa mensual del IPC influyeron además otros componentes como los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que subieron el 0,4%, especialmente por los «otros productos lácteos», el pescado fresco, las frutas frescas y la carne de ave.

Respecto a la tasa interanual, las subidas más relevantes fueron para los productos energéticos (8,9%) y carburantes y combustibles (10,9%), aunque su repercusión en el IPC fue negativa porque aumentaron en tasas inferiores a las de hace un año.

Respecto al mismo mes de 2009, los componentes que más influyeron en el IPC fueron el transporte y la vivienda.