Washington.- El Banco Mundial anticipó en un informe las previsiones económicas para 2008, que incluyen un crecimiento del 3,3% en todo el globo. Este dato supone una ralentización, después del 3,6% de subida registrado en 2007 en el PIB mundial. Además, el organismo estima en el 2,1% el crecimiento de la zona euro, al tiempo que sitúa las presiones inflacionarias bajo control, aunque reconoce la tendencia alcista de los últimos meses en Europa.

A juicio del Banco Mundial, la capacidad de recuperación de las economías en desarrollo amortigua la desaceleración en Estados Unidos, en un ambiente global de moderación del crecimiento.

Así, los países en desarrollo crecerán un 7,1%, frente al 2,2% de avance de los Estados de mayor ingreso, según un comunicado del organismo recogido por OTR/Press. En este sentido, achaca este «suave» aterrizaje a la debilidad del dólar, el fantasma de la recesión en Estados Unidos y la creciente volatilidad del mercado financiero. Este dato contrasta con el publicado por el Fondo Monetario Internacional hace meses, en los que mencionó una mejora del PIB mundial en torno al 4,8%, considerablemente más optimista que la cifra conocida ayer. No obstante, estas turbulencias seguirán siendo manejables, o al menos así lo señala el Banco Mundial, quien descarta modificaciones significativas en la demanda de los consumidores.

Mientras, el Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona creció el 2,7% y el de la UE, el 3%, en el tercer trimestre de 2007 en relación al mismo periodo de 2006, según las cifras difundidas ayer por la oficina europea de estadísticas, Eurostat. Los datos revisan las estimaciones realizadas por Eurostat el 30 de noviembre, que ya asignaban un crecimiento del 2,7% a la eurozona, pero dejaban en el 2,9% el de la UE. Las nuevas cifras confirman la ligera aceleración que la economía europea registró en el tercer trimestre en relación al anterior, cuando el alza había sido del 2,5% y el 2,8% respectivamente.

Por último, El Foro Económico Mundial, conocido también como Foro de Davos, advierte del riesgo de que la economía estadounidense entre en recesión en los próximos doce meses y pronostica a más largo plazo que las presiones sobre el dólar pueden presagiar el final de un periodo de hegemonía económica a nivel mundial.