Saulo Hernández, técnico del Zamora Enamora, señaló ayer en rueda de prensa que su equipo salió dolido del último partido pero espera resarcirse en Cantabria, ante un rival muy complicado frente al que tratará de cortar su mala racha pese a llegar con alguna baja.

El entrenador del Zamora Enamora confesó que si bien “el martes fue un día de duelo por el partido perdido” por no haber dado buena imagen ante CB Marbella y sus jugadores “estaban dolidos”, el vestuario zamorano es “tremendamente competitivo” y en los últimos días “las caras eran otras”. “Los últimos entrenamientos han sido con otras sensaciones, el equipo ha recuperado la cara y la sensación es de compromiso. Todos tienen ganas de revertir la racha y demostrar el equipo que son en estas situaciones, que es cuando realmente se demuestra”, aseveró.

Una intención, la de terminar con las malas sensaciones y lograr un resultado positivo, que choca frontalmente con la dificultad del próximo rival, Grupo Alega Cantabria. “No son el mejor equipo para terminar la mala racha. Hace cuatro temporadas que no les ganamos y, muchas veces, nos ganaron con gran claridad. Además, es un equipo diseñado para ascender, que va líder y, encima, llega herido por una derrota inesperada”, comentó Saulo, añadiendo: “No es el escenario ideal pero, este equipo ya ha demostrado que puede competir en cada escenario”.

Para competir en casa del líder y dejar atrás las malas sensaciones, a Saulo Hernández le preocupan dos cosas: las bajas y la mentalidad del grupo.

En lo que a las bajas se refiere, el técnico señaló que “hay más virus que el COVID-19 y, esta temporada, el equipo los está conociendo todos”, señalando que “la pasada semana García y Tamba salieron de la cama para jugar” y que, en esta ocasión, “otros dos jugadores tampoco estarán” si bien confía en que “quién esté defienda la camiseta del club dando su 100%”.

Por lo que al aspecto psicológico, Saulo Hernández señaló que las cuatro últimas derrotas se han producido “cuando el equipo no ha tenido tiempo para entrenar”, siendo los choques entre semana. “Somos un equipo joven, que necesita entrenar y tiempo para afrontar cada partido. Salvo los más veteranos, los jugadores no están acostumbrados a cambiar el chip rápido. A Cantabria vamos sin ese tiempo, pero tenemos que estar preparados”, analizó.