El BM Zamora anunció ayer la renovación de uno de sus pilares fundamentales, Fernando Ruiz, el gran especialista defensivo de la familia pistacho que continuará por una temporada más vistiendo la elástica del club de su ciudad. Una continuidad que se daba por hecha, ya que ostenta la capitanía del equipo junto a Jortos y Guille, también confirmados para el cuadro de Viriato de la campaña 2022-2023.

Nada menos que diecisiete temporadas acumula ya un Fernando que, a sus 38 años, reconoce que cada nueva campaña sobre la pista “es todo un deleite”. “Estoy muy contento por seguir, ya tengo una edad y cada año más parece un regalo. Te hace tremendamente feliz que el cuerpo te permita aguantar y seguir aportando todo lo que se pueda, es toda una alegría”, confiesa, sabedor de que su papel dentro del vestuario es el de “introducir a los canteranos y nuevos jugadores en la dinámica del grupo”, ayudarles para que se de “esa transición” que se inició tiempo atrás con las primeras retiradas de varios de sus compañeros.

Al igual que Guille o Jortos, Fernando tratará de dar estabilidad a la escuadra zamorana, siendo un jugador de muchos galones y calidad contrastada para ocupar el poste de la zaga pistacho. Cualidades que Iván López ha puesto en valor para seguir contando con él un año más. “Hemos hablado y él quería que siguiera estando ahí, contribuyendo al grupo dentro de ese rol tan definido que tengo como defensor y no tardé mucho en decir que sí”, explica el pivote, al que también le atrae ser pieza de “ese proyecto continuista que ha tenido siempre el club y que, por lo que me han expuesto, va a seguir esa misma línea el próximo curso”.

A Fernando le complace “mucho” la idea de “poder seguir dentro de un proyecto en el que llevo muchos años” y agradece la oportunidad de contar con una temporada más para dar forma al BM Zamora del futuro. Un porvenir al que trata de sumar compartiendo con los más jóvenes y recién llegados toda una vida ligada al 40x20. Y es que, desde que se refundara el club en 2001 y se uniera al cuadro de Viriato como un prometedor juvenil, Fernando ha sido un fijo en los “Guerreros de Viriato”, exceptuando su paso por Pontevedra por motivos de estudio.

Esa tarea, la de ser un veterano y representar el papel, no amedrenta al pivote zamorano. Todo lo contrario, dada su profesión, está encantado de poder ejercer como tal y poner sus años de carrera deportiva al servicio de los pistacho.

“Al final, la edad te va dando experiencia. Y más que galones, lo que te aporta son muchas vivencias que te permiten ir cargando recursos para tu mochila de jugador. Es cierto que, cuanto más veterano eres, más responsabilidad tienes pero también cuentas con más armas para poder llevar ese peso”, razona Fernando, determinante en la reciente época dorada del club siendo uno de los pocos que vivió el camino desde Segunda Nacional a la Liga Asobal. Un viaje que forjó el carácter y los rasgos propios del equipo pistacho.

Esas señas de identidad son muy valoradas por la directiva y el cuerpo técnico, de ahí que un jugador como Fernando, de perfil humilde y trabajador, fuera una de las renovaciones prioritarias del Balonmano Zamora. Un club que ata a sus tres jugadores para asegurar ese legado.

“Somos los tres jugadores que quedan del equipo que subió a Asobal y, si la idea del club es la de mantener la identidad de aquel bloque y transmitirla a los jóvenes, no hay mejor manera que contar en el vestuario con aquellos que estuvieron allí y la vivieron”, reconoce Fernando, consciente de que “con esa filosofía el club logró sus más grandes éxitos”.

Unas señas de identidad a las que, como apuntó ayer el “5” pistacho, el Zamora Enamora tratará de apelar en este complicado final de temporada. “Está siendo una temporada dura y muy igualada pero, dentro del vestuario, se está convencido de la permanencia. Dependemos de nosotros mismos y lo vamos a dar todo”, afirmó.