A menos de una semana para la celebración de las Asambleas General Ordinaria y Extraordinaria del Balonmano Zamora, la entidad ya sabe que la cita que tiene el próximo 12 de enero no será una más. José Antonio Quintana, presidente de la entidad a lo largo de casi dos décadas, pondrá punto y final a su periplo al frente del proyecto pistacho. Una etapa gloriosa para los “Guerreros de Viriato”, que bajo la dirección de su figura alcanzó un crecimiento sin precedentes.

“No, no me voy a presentar. Habrá una candidatura por parte de la actual junta directiva pero no irá encabezada por mí”, confiesa Quintana, que dejará de estar en primera línea de un Balonmano Zamora en el que seguirá trabajando pero ya no como máximo dirigente. “Llevo 17 años ya en el cargo y creo que es momento de dar paso un paso a un lado. No pienso que sea bueno para el club perpetuarse en el puesto; al final, para llevar a buen puerto un proyecto como el nuestro se necesitan unas dosis de ilusión y ganas muy altas, y yo no las tengo”, explicaba el presidente, apuntando que seguirá “unido al club, siendo parte del mismo y ayudando en lo que se necesite mientras se mantenga la actual junta directiva”, aunque ya no sea desde la primera línea.

Para José Antonio Quintana resulta “imposible” no seguir atado al Balonmano Zamora. “No podría, aunque quisiera, sufriría más que cualquiera y no estaría bien”, asegura, reconociendo que “tras tanto tiempo al frente del proyecto” necesita “llevar menos peso” dentro del mismo y liberarse de “ciertas responsabilidades” con las que ha cargado en los años de mayor apogeo en la historia de la entidad pistacho.

En estos 17 años como presidente el club lo ha conseguido deportivamente todo. Ha llegado a la élite en dos ocasiones desde Segunda Nacional y ha crecido enormemente en la base. Creo que es el momento de que se ponga en marcha un nuevo proyecto, uno a medio-largo plazo que esté encabezado por otra persona y que aporte una visión diferente al club, nuevas ideas...”, razona Quintana, detallando que ha elegido este momento para anunciar su marcha porque “el relevo generacional de la directiva es ya un hecho” y es importante que sean ellos los que tomen las riendas del Balonmano Zamora de cara al futuro.

Quintana posa junto a Guille en una de las ediciones del Trofeo Manuel Camba. JOSE LUIS FERNANDEZ

La renuncia a volver a dirigir el club pistacho no es una decisión precipitada por parte de Quintana, y no tiene nada que ver con la pandemia o los actuales resultados del primer equipo. Es una elección meditada y tomada ya años atrás, conocida por la junta directiva y aplazada hasta este 2022 por las circunstancias.

“La decisión estaba tomada desde el año 2020”, reconoce el presidente del Balonmano Zamora hasta el próximo día 12 de enero. “La pandemia no ha tenido nada que ver en ello, aunque sí haya influido para retrasar su aplicación. Además, nunca he querido irme sin dejar un club saneado económicamente y estable en el apartado deportivo. Ahora mismo, el club está limpio, no tiene deudas con nadie, y aunque en el apartado deportivo nos encontramos a mitad de temporada, creo que los objetivos se conseguirán y el nuevo presidente se encontrará un Balonmano Zamora en condiciones de poder emprender un nuevo proyecto, ilusionante y más ambicioso”, relata Quintana sobre su futura salida de la presidencia, un puesto que abandona también por “el desgaste que ha supuesto” en los últimos años.

“Es el principal motivo de esta decisión. Me encuentro cansado y creo que es hora de que alguien tome el relevo al frente del club”, asevera, admitiendo que “en los últimos cinco años, el desgaste de la labor como presidente ha sido altísimo”. “Desde que se lograra el ascenso a División de Honor Plata, el club no ha parado de crecer y eso ha hecho que hayan sido temporadas muy duras para todos en la junta directiva, también para mí. El modelo de base que teníamos requiere de muchos esfuerzos y, en ese momento, el club tuvo un crecimiento brutal. Un crecimiento que, unido al inesperado ascenso a Asobal (el primero), hizo que todo diera un giro y conllevara mucho más sacrificios y dedicación”, detalla Quintana, desvelando que los “Guerreros de Viriato” tuvieron “apenas tres meses” para transformarse en un equipo Asobal, siendo muchas las reuniones y actuaciones requeridas cada campaña para seguir optando a estar entre los mejores del país.

“Ha sido una guerra continua. De acá para allá, pero dejar al club en División de Honor Plata y en buen lugar para el futuro ha merecido la pena”, subraya un presidente que hubiera seguido de haber algún problema en la familia pistacho: “No iba a dejar un club con dificultades después de 17 años de trabajo por mi parte y el esfuerzo de tanta gente a lo largo de cada una de esas temporadas para ver como todo podría desaparecer meses después”.

Quintana llora en la despedida de Edu García y Peli, dos de las grandes figuras del club. José Luis Fernández

Por supuesto, estando tomada la decisión desde 2020, Quintana no era el único que sabía que dejará la presidencia el próximo día 12 de enero y el Balonmano Zamora no quedará sin máximo dirigente a partir de esa fecha. “La junta directiva sabía de mi postura desde hace meses y sé que habrá una candidatura por parte de la misma en la próxima Asamblea Extraordinaria”, detalla el presidente saliente, asegurando que el candidato al frente de la misma “está perfectamente capacitado para representar al club en cualquier sitio y ámbito, bien a nivel federativo, institucional o deportivo”.

Pese a conocer el nombre del elegido por la actual junta directiva, José Antonio Quintana guarda silencio, comentando sobre el futuro únicamente detalles del proyecto que la dirección y su candidato tienen en mente para el club. “Se abogará por una política continuista pero el proyecto contará con matices diferentes. Habrá nuevas incorporaciones a la junta directiva, algo necesario porque el club ha crecido muchísimo y se necesitan más manos y nuevas caras”, comenta. “Todos ellos están sobradamente preparados para la tarea”, proclama Quintana, indicando: “sin ellos, yo no hubiera podido conseguir nada; de hecho, creo que quien no estaba preparado hace años era yo”.

Esa unión con su grupo de trabajo llevará al actual presidente a “seguir ligado al Balonmano Zamora” donde “por el modelo y estructura, los cargos son simbólicos, teniendo todo el mundo un rol diferente que cumplir”. Una directiva que supone su mayor orgullo a lo largo de su extenso mandato en la entidad. “Más allá de lo deportivo, a mí lo que me hace sentir más orgulloso es el desarrollo del trabajo en el crecimiento del club. No es fácil trabajar tanto tiempo con las mismas personas y no tener ni un solo problema interno. En un club con este modelo de gestión no puedes exigir nada a nadie porque nadie cobra nada, y nunca dejó de haber buena sintonía pese al incremento de trabajo. De ahí el crecimiento del club y el medio millar de jugadores con el que cuenta”, relata.

Un esfuerzo que llevó al Balonmano Zamora a firmar hazañas deportivas inolvidables. Instantes de entre los que Quintana tiene su favorito. “Sin pensarlo bien ni hablar de momentos más personales, para mí el momento que tengo grabado en mis retinas es el ascenso a Primera Nacional logrado en Vigo. El punto de inflexión que supuso ver a un grupo de chavales con muchas dificultades lograr lo que venía persiguiendo desde hace años. Fue inolvidable y un ejemplo perfecto de lo que todos queremos que represente el club”, sentenció el todavía presidente pistacho.