El Balonmano Zamora encajó su primera derrota liguera al caer por un único gol en su visita al feudo del Villa de Aranda, que se impuso por 27-26 en un apasionante e igualado encuentro que se decantó en los últimos segundos en favor del cuadro local, que llegó más entero al tramo decisivo y manejó mejor los pequeños detalles.

El derbi regional arrancó muy igualado en el Príncipe de Asturias entre dos equipos con cualidades muy diferentes. Por una parte, un Villa de Aranda con mucha envergadura y una primera línea con gran potencia de fuego; por otra, un Balonmano Zamora Enamora que basa sus ataques en la velocidad y el talento. Un interesante duelo de estilos que fue

En los primeros compases, dirigidos por un Julen Elustondo incontenible y capaz de generar huecos en la zaga zamorana, Villa de Aranda llevó las riendas del tanteo. De hecho, su fornida defensa, segundada en palos por un buen Magnol, le permitió situarse con 3-1 a su favor y gozar de un par de opciones para alcanzar los tres tantos de renta. Sin embargo, el cuadro de Viriato fue capaz de rearmar el centro de su zaga y, aprovechando los primeros fallos en el lanzamiento de los burgaleses, pudo recortar diferencias hasta llegar a ponerse por delante gracias a dos tantos de Nacho López y una contra finalizada por Cubillas (4-5, m. 12). Un parcial que el Balonmano Zamora alargó gracias a Jortos, poniéndose con dos goles de ventaja y forzando el tiempo muerto por parte de Alberto Suárez.

Tras el receso, la reacción burgalesa no se hizo esperar. El Villa de Aranda cerró filas y, apoyado en las paradas de Magnol a los tiros de Jortos, igualó el partido al paso por el ecuador del primer acto consiguiendo, además, dos minutos en superioridad numérica por una injusta exclusión señalada a Fernando. Un apuro del que supo salir el Balonmano Zamora Enamora, no así un Villa de Aranda que jugó con uno menos justo a continuación y encajó un parcial de 0-2 con buenas acciones de Benjamín Illesca.

Con todos de nuevo en pista, la contienda se movía en un intercambio de golpes hasta que, en el minuto 22, los colegiados descalificaron directamente a Benjamín Illesca por una polémica acción defensiva. El pivote, que había sido clave en ataque y gozado de gran protagonismo en defensa, dejaba un importante hueco en un Balonmano Zamora Enamora que perdió la delantera en el electrónico acto seguido (12-11, m. 24).

El golpe, tanto anímico como táctico sobre los zamoranos, se dejó notar en las filas visitantes donde otra nueva inferioridad ponía en muchos apuros al bloque de Iván López. Y es que, Fernando veía su segunda exclusión, lo que dejó muy tocada el centro de la zaga pistacho en beneficio de un Villa de Aranda que asentó su dominio y fue capaz de estirar la diferencia a su favor hasta los tres tantos. Una renta con la que alcanzó el paso por vestuarios (15-12).

El paso por vestuarios permitió al Balonmano Zamora buscar soluciones a sus problemas y, pese a que Villa de Aranda no dejó de ver puerta al inicio del segundo acto, consiguió mejorar sus sensaciones. Cambiando su puesta en escena en defensa y con el acierto de sus extremos a la hora de buscar el marco rival, los zamoranos fueron capaces de dificultar el camino hacia el gol al cuadro de Suárez y recortar diferencias hasta igualar la contienda. Un empate que puso Nico Bono, director de la orquesta visitante, tras la enésima parada de Tomás Lautaro (18-18, m. 38).

Los árbitros volvieron a cortar la racha zamorana a continuación. Una exclusión rigurosa sobre Nacho López volvió a dar la iniciativa a Villa de Aranda. Sin embargo, los burgaleses no lo aprovecharon y, estrellándose contra un gran Mendieta, alternaron golpes con su rival. Un guion que dio lugar a varias alternancias en el marcador, entrenado la contienda en su último cuarto de hora con empate en el tanteo (20-20) y ambos equipos apoyándose en sus hombres fuertes: Elustondo, por parte local; y Bono entre los visitantes.

El Balonmano Zamora gozó de una superioridad numérica antes de entrar en la recta final pero, pese a los tantos de Nacho López, el partido se mantuvo igualado. Un equilibrio que se rompió cuando, a nueve minutos del final, el cuadro visitante perdía a Fernando por su tercera exclusión. Un lance que dejaba sin sus hombres altos al plantel de Iván López, montando una zaga de circunstancias que aún así hizo llegar el partido con 26-26 a sus últimos cinco minutos.

Con las espadas en todo lo alto, igualdad máxima y poco tiempo por delante, cada detalle iba a contar. El partido se decidiría en los pequeños detallles y, en esa guerra estuvieron mejor los locales. La exclusión de Nacho López obligaba al Balonmano Zamora Enamora a un sobreesfuerzo, poniendo su destino en manos del genial Nico Bono cuyos goles mantuvieron con vida a la formación pistacho hasta el final cuando, un gol de Javi García y el bloqueo defensivo al postrero tiro de Jortos, dejó los dos puntos en el Príncipe de Asturias.