El Balonmano Zamora empató (32-32) ante el UBU San Pablo el encuentro que ambos equipos disputaron esta tarde en el pabellón de Talamillo y que acabó con un resultado que premió el esfuerzo de los dos conjuntos. Un desenlace al que se llegó el marcador ya igualado a falta de diez minutos, fruto del bonito pulso entre dos equipos que se alternaron hasta entonces el dominio del tanteo. Primero, mandando los locales a lo largo de un primer tiempo que acabó con los burgaleses con dos goles de renta; y, después, con los visitantes mandando en el luminoso durante gran parte del segundo acto, hasta el minuto 50.

Con energía arrancó el Balonmano Zamora en los compases iniciales de su envite ante un UBU San Pablo dispuesto a corregir errores tras perder ante sus vecinos del Villa de Aranda. Un choque de fuerzas que resultó parejo a lo largo de todo el primer acto, con empate en el marcador tras los primeros compases (3-3, m. 5) y que después estuvo dominado (al menos en el marcador) por los de Nacho González. Eso sí, siempre con escasa renta sobre un cuadro pistacho que no perdía comba y alcanzaba el descanso con un 18-16 en contra.

El buen hacer de los zamoranos tuvo su recompensa en los primeros minutos de la reanudación. El grupo dirigido por Iván López saltó a la pista más concentrado que los cidianos y logró reducir diferencias en el arranque del segundo tiempo hasta igualar el partido (20-20, m. 35). De hecho, los pistacho incrementaron sus prestaciones en pista y, durante este tramo del partido, en pista dominaban los "Guerreros de Viriato" gracias a su mayor solidez defensiva y un ataque muy fluido. Dos armas que permitieron a los visitantes ponerse por delante en el marcador de Talamillo y entrar en el último cuarto de hora de juego con una ligera diferencia a su favor (25-27, m. 45).

Pese al gran desempeño del BM Zamora, el UBU San Pablo no daba su brazo a torcer y la contienda se decidía en los pequeños errores. Por ello, no fue de extrañar que la contienda encarara la recta final con tablas en el marcador (28-28). Un empate que se mantuvo durante los siguientes compases, en los que la anotación se redujo drásticamente, notándose el trabajo físico que los equipos han acumulado en las últimas semanas.

Con 29-29 como tanteo a falta de cinco minutos para el final, quedó claro que la victoria iría a parar a manos del equipo que manejara mejor los detalles pese al cansancio. Un apartado en el que, esta vez, hubo tablas y premio para ambos equipos. Y es que, en una desenlace de locura, ninguno de los dos contendientes fue capaz de imponerse a su rival terminando el partido con un empate que premió el esfuerzo de unos y otros. Un resultado, 32-32, que permite a ambos dejar atrás su eliminación copera y mirar el futuro con optimismo.