El Zamora Rutas del Vino dio un paso importantísimo en su lucha por la permanencia al regresar del parón competitivo con una victoria por 29-25 ante un SD Teucro que, apoyado por un mal arbitraje, planteó muchos problemas a los locales. Apuros de los que el bloque pistacho salió con casta, garra y gracias a la veteranía de sus hombres más experimentados así como de una buena actuación de su portería y defensa.

Con el Zamora Rutas del Vino dominando el encuentro pero sin acierto en el lanzamiento, arrancó una contienda de ritmo bajo y ataques posicionales durante sus primeros compases. Un desarrollo no exento de tensión pues, en apenas tres minutos, hubo un excluido por conjunto. Primero en bando visitante, sin que el cuadro zamorano pudiera sacar tajada ya que los gallegos monopolizaron la bola; y, después, la señalada a Fernando de la que el bloque de Margareto salió airoso con el primer tanto del partido obra de Guille (1-0).

Para colmo, el partido tuvo que ser detenido para atender a un jugador de un SD Teucro que, pese a los tantos de Horcajada y Samudio, no perdía comba gracias a su juego con el pivote. Al menos hasta que, cerca de los diez minutos de juego, dos buenas defensas locales alteraron la igualdad en el marcador (5-2, m. 10). Una pequeña brecha que se mantuvo hasta el ecuador del primer periodo gracias a los contragolpes lanzados por Horcajada. El extremo y su conexión con Mendieta forzaron el tiempo muerto visitante con 8-4 como marcador.

Tras el parón, SD Teucro buscó las cosquillas al Zamora Rutas del Vino con mucha circulación de balón para percutir sobre la zona de seis metros. Así consiguió varios goles y redujo diferencias en el marcador con varias paradas notables de su portero. Sin embargo, Jaime entró en ebullición y con varios goles suyos y un mantuvo la ventaja de un bloque pistacho que ya no estaba tan cómodo en pista (12-8, m. 23).

El Zamora Rutas del Vino pasaba más apuros para defender pero también para anotar ante un SD Teucro que aprovechó la permisividad arbitral para ser más agresivo y poner las cosas difíciles a los locales. Sin embargo, y pese a todas las adversidades, el cuadro zamorano fue capaz de sobreponerse a sus dudas y con Cubillas y Raúl Maide tomando el relevo en la anotación alcanzó el descanso con un favorable 17-11 en el marcador. Un tanteo de lo más esperanzador.

Pese a los seis goles de desventaja y el hecho de empezar con un hombre menos la segunda parte por una exclusión a su portero, SD Teucro no tiró la toalla. Los gallegos tiraron de orgullo en los primeros minutos de la reanudación y, pese a dos buenos tantos de Jortos, lograron recortar diferencias.

El partido estaba ganando en intensidad y fue, en los momentos más duros, cuando el Zamora Rutas del Vino tiró de casta. Jortos encontró el punto para anotar desde el lateral derecho y Sarasola por el franco contrario. Además, la defensa supo leer el ataque gallego, lo que permitió a los zamoranos reemprender el vuelo y forzar un nuevo tiempo muerto visitante con una ventaja aún mayor (25-17, m. 41).

El tanteo era muy favorable pero quedaba mucho partido por delante y el Zamora Rutas del Vino no podía relajarse. SD Teucro siguió apretando y sacó la artillería pesada en defensa para evitar que la brecha se acentuara. Por fortuna, Mendieta acumuló grandes paradas en portería y dejó sin efecto el cambio de dominio (27-21, m. 20).

Los zamoranos sufrían de lo lindo y, aunque se dejaban la piel, su ventaja no iba a ser eterna si no cambiaban el guion. Así lo entendió Margareto que, cuando restaban cuatro minutos, paró el partido al ver que los visitantes se acercaban peligrosamente en el luminoso (28-24, m. 55).

El técnico zamorano alteró el siete en pista dando entrada de nuevo a Jortos y a Guille, que habían descansado en minutos anteriores, y veteranía fue clave para soportar el acoso de un SD Teucro que lo intentó hasta el último segundo pero que no pudo recortar esa diferencia de cuatro tantos gracias al coraje de un cuadro pistacho que defendió su triunfo por 29-25 con uñas y dientes. Una victoria que le deja muy cerca de la ansiada permanencia.