Se notó quién se estaba jugando más en el encuentro entre Amenábar Zarautz y MMT Zamora, saldado con una agónica victoria para los locales, 26-25, un triunfo que prácticamente certifica la permanencia de la escuadra guipuzcoana, que suma su cuarta victoria consecutiva tras un encuentro en el que los "Guerreros de Viriato", pensando ya más en la fase de ascenso que se les avecina, dosificaron sus esfuerzos sin renunciar tampoco a evitar encajar la octava derrota de la temporada.

El encuentro fue muy intenso, donde las necesidades de los locales y la calidad de los castellanos dieron como resultado un hermoso encuentro de balonmano. Con 25 iguales, ya cerca del último minuto, un lanzamiento de siete metros para Mikel Iraeta suponía el tanto determinante, ya que después la defensa de los guipuzcoanos mantuvo a raya las intentonas de los Guerreros, incluido un lanzamiento de golpe franco apenas a dos segundos de la bocina que no obtuvo recompensa. Al final, derrota por la mínima, los locales felices con 23 puntos en la tabla y los de Eduardo García Valiente, apenas ya a dos encuentros de terminar esta fase regular antes del momento clave de la temporada, con más rodaje encima.

Los pìstacho notaron mucho la carga física de esta semana de sesiones especiales, sobre todo en un primer periodo donde los vascos fueron muy superiores, apoyados desde el gran trabajo de la defensa y la portería para hacerse con el control de la situación en la pista y del marcador.

A la baja de Peli ya conocida se unía la de Ceballos, con problemas físicos. Edu García Valiente se había llevado en la convocatoria a dos juveniles, Raúl Maíde y Miguel Magariño, así como al jugador del filial Sandín. Muchas caras nuevas, minutos para los menos habituales y más rotaciones de las que sueñen ser norma en un MMT Zamora metido de lleno en esa mini-pretemporada. Aunque Jortos tiraba del carro en el ataque, bien acompañado de Octavio, al descanso se llegaba con un 17-12 para los vascos.

El Amenábar Zarautz dio un gran estirón en los minutos finales del primer periodo con un parcial de 4-0 a su favor. El gran trabajo de Berridi bajo los palos, unido a la eficacia realizadora de Mikel Martínez y de Mikel Iraeta, los mejores de los vascos, fue uno de los factores determinantes que explican ese marcador, cinco abajo para los Guerreros.

Los zamoranos habían jugado con caras nuevas y con un buen trabajo de Luis Posado bajo los palos. El portero tuvo muchos minutos y demostró que es una firme alternativa para Leo Maciel. Pero el ambiente en el pequeño pabellón pesaba.

Amenábar Zarautz notó el esfuerzo en el segundo periodo. Con un banquillo no tan largo y de menos calidad, cuando los titulares descansaban el cuadro pistacho de los Guerreros se iba acercando en el marcador. Leo Maciel estaba bajo los palos en lugar de Luis.

Así, a diez minutos para el final del encuentro se llegaba al empate a 22 tantos. Poco a poco, los pistacho de García Valiente habían ido comiéndole el terreno a un siete vasco con un poco de vértigo ante la posibilidad de la victoria. Empate y todo por decidir en esos compases finales. De ahí hasta el bocinazo, y en medio de un gran ambiente en el graderío, alternancias en el dominio del marcador, empates, y victoria final para los guipuzcoanos. Cabe destacar que Edu García Valiente dejó en el banquillo en esos minutos clave a jugadores muy importantes en su esquema, y es que la cuestión es que todo el bloque trabaje de cara a esos encuentros clave donde el ascenso puede estar en detalles.

El trabajo en la zaga de Josu Atorrasagasti fue clave para el desenlace del partido, pues lideró el trabajo defensivo de los locales. En el otro lado de la cancha, los goles del internacional juvenil Mikel Amelibia fueron una losa para los castellanos. Justo desenlace, fiesta en el pabellón y Zarautz roza la permanencia con la punta de los dedos.