"Ven y verás" reza la campaña publicitaria de un MMT Seguros que ayer volvió a demostrar que lo que realmente oculta ese slogan es un espectáculo lleno de emoción, sufrimiento y tensión. Un cocktail de sentimientos que los zamoranos agitan como nadie, incluso cuando tienen una mala tarde, como pareció en un Quijote Arena donde salieron victoriosos por 33-34 ante un buen BM Alarcos.

Diez minutos le faltaron a los locales para plantar cara a un equipo que en esta liga ha dejado claro que nunca, nunca, se le puede dar por muerto. BM Alarcos iba ganando de seis goles (24-18, min. 37) pero en ese momento se le apagó la luz y se convirtió en un juguete en manos de su rival. Unos "Guerreros de Viriato" que, de nuevo con el cuchillo entre los dientes, dejaron atrás una nefasta primera mitad para realizar un brillante ejercicio defensivo que le impulsó a sumar dos puntos. Un botín que también merecieron los de casa.

Nada tuvo que ver el primer acto con su continuación. Especialmente en un bando local que demostró menos experiencia en un final igualado que un MMT Seguros que nunca se puso nervioso. Ni siquiera en una primera mitad para el olvido.

Veinte goles como veinte soles le endosaba el conjunto manchego al cuadro de García Valiente en el periodo inicial. La mejor media hora ofensiva que se le recuerda al BM Alarcos y una de las peores en el apartado defensivo de los últimos años para un MMT Seguros en el que Leo Maciel no estuvo mal. El meta, que anuló con acierto a Jesús Herrero, se aplicó más que sus compañeros atrás, a los que sobrepasaron los locales una y otra vez.

El BM Alarcos daba una lección magistral de cómo atacar una defensa 5-1 primero, y 6-0 después. Moviendo el balón con criterio, paciencia y claridad de ideas, encontrando siempre la mejor opción de tiro. Un apartado en el que Nelson Espino y Fran Vidal, desde sus flancos, acribillaban la portería que trataba de proteger la desarbolada defensa zamorana.

Por fortuna para el MMT Seguros, a poco que funcione algo en su sistema, ya cuenta con bazas para ganar. Así lo demostraron Leo Maciel con sus paradas o la calidad de Octavio Magadán. Ellos, junto a la eficacia del chileno Ceballos, permitieron al plantel de García Valiente sobrevivir, impidiendo que el premio que los locales se llevaron al descanso fuera mayor a los cinco goles que obtuvieron (20-15).

Una renta que dejaba a las claras las dificultades que los "Guerreros de Viriato" pasaban en el Quijote Arena.

Con el BM Alarcos por delante desde el primer minuto y Villamarín acertado bajo palos, los de Javi Márquez habían dado un soberano repaso a uno de los cuatro "cocos de la categoría. Treinta minutos de ensueño a los que siguieron treinta de pesadilla manchega.

En la segunda mitad el MMT Seguros, dolido en su honor, salió dispuesto a darle la vuelta al partido. Sin pensar en sus bajas, a pesar de jugar con Iñaki lesionado y de ver como Peli y Abalós sufrían sendos esguinces. El MMT Seguros salió a morder, a dar muestra de su fe. Esa que le impide siempre tirar la toalla.

Entonces, aunque el BM Alarcos quiso seguir siendo "insolente" con el veterano, quedó retratado como un equipo novato. De calidad, pero lejos de poder seguir agarrado a las barbas de su rival.

Los manchegos se confiaron y lo pagaron caro. El MMT Seguros no se rinde nunca y facilitó su vuelta al partido al poner en juego su "segunda unidad" con seis goles de ventaja en el luminoso.

La tendencia había cambiado, pero a raíz de ese momento se hizo más que notable. El MMT Seguros apretó los dientes atrás y aprovechó dos momentos en inferioridad del BM Alarcos para meterle el miedo en el cuerpo al aspirante al "play-off" (27-25, min. 45), obligando a Márquez a pedir tiempo muerto. Pero de ahí se pasaba a un desmoralizador 28-30, después de un impactante parcial de 0-5 para unos "Guerreros de Viriato" que se habían encontrado a si mismos.

Con 29-32 todo parecía decidido pero el BM Alarcos apuró sus opciones y amedrentó a los zamorano con un empate al que respondió por sus compañeros Alberto Molina, con un tremendo derechazo desde "su casa", lleno de corazón y casta, para poner por delante a los suyos. Un gol decisivo que, unido a una parada de Leo Maciel, dio de nuevo una épica victoria al MMT Seguros.

Un triunfo fiel a su estilo, acorde a una personalidad que necesitaba reencontrar. A una fe que debe tener presente en siete días.

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