Fútbol

El Real Madrid roza el colapso, pero mantiene viva la Liga antes del clásico de Montjuïc

El conjunto blanco pasó del 3-0 al 3-2 contra el Celta y acabó pidiendo la hora, en un duelo en el que brillaron Güler, Mbappé y Courtois

Resumen, goles y highlights del Real Madrid 3-2 Celta de la jornada 34 de LaLiga EA Sports

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Mientras el entorno del Real Madrid piensa ya solo en el futuro, en el día después a ese 25 de mayo en el que Carlo Ancelotti anunció el sábado su particular fumata blanca, el equipo sigue mirando al presente. Qué remedio. A esa Liga que, más allá del Mundial de Clubes, queda como difícil pero real esperanza. Era imprescindible la victoria blanca ante el Celta este domingo para tratar de lanzar el órdago definitivo el domingo que viene en Montjuïc. Y el Madrid, con más apuros de los necesarios, bordeando la catástrofe, correspondió, evitando de paso que el Barça tuviera opciones de cantar el alirón tras el clásico.

Fue una victoria de nombres propios, los de Arda Güler (gol y asistencia) y Kylian Mbappé (doblete anotador), el meritorio y la estrella. Pero también el de Thibaut Courtois, que evitó que la tarde acabara en grotesca dimisión liguera. Porque el Real Madrid llegó a ponerse 3-0 tras el descanso y a punto estuvo de irse a casa con un empate, de permitir que el Celta le comiera la tostada. Síntoma del desquiciamiento que vive este equipo en las últimas semanas. Aunque, escrito queda, conserve sus opciones de ganar la Liga, por ínfimas que estas puedan parecer tras la fragilidad mostrada por los blancos este domingo.

La megafonía a todo trapo

Salió Ancelotti al campo casi con lo que tenía, dadas las siete bajas con las que contaba, especialmente en la parcela defensiva del equipo. Resultaba interesante comprobar la reacción del Bernabéu a la presencia de ciertos jugadores, pero de nuevo el club subió al máximo el volumen de la megafonía del estadio. ¿Hubo ovaciones? ¿Acaso pitadas? Todo quedó oculto bajo una manta de ruido que impedía saberlo.

Cierto es que el ambiente era frío, porque también lo era el día y porque el puente festivo en la capital llenó el Bernabéu de mucho no habitual. Solo bullía en estadio en acciones puntuales, como el paradón de Courtois a un cabezazo de Marcos Alonso al poco de arrancar o en intento acrobático de tijera con el que se animó, aún antes, Arda Güler.

El Celta, como era previsible, se dedicó a limitar al máximo su índice de errores, priorizando la defensa y abandonando a su suerte a Borja Iglesias. Al Madrid se le atragantaba la maraña defensiva rival y el férreo marcaje de Yoel Lago a Mbappé. Encontró al fin una válvula para respirar a través de Güler, que jugó porque Rodrygo estaba enfermo y a quien se le está poniendo cara de titular.

Decisivo Courtois

El turco sacó un córner, se apoyó en Lucas y recogió de nuevo el balón para colocárselo a Guaita en el palo contrario. Quiso responde el Celta de inmediato, con una jugada rápida rematada por Borja. Se envenenó su disparo en un rebote y Courtois volvió a demostrar por qué es el mejor portero del mundo. La acción multiplicó su valor cuando Mbappé, en ese mismo contragolpe, marcó el segundo con un duro latigazo en semicaída.

Puro Real Madrid, en ocho minutos, en dos acciones de pura calidad individual, la velada había quedado aparentemente resuelta. Sus dos autores, por si surgían dudas, reforzaron el nudo la victoria a la vuelta del descanso. Güler olisqueó el desmarque al espacio de Mbappé y le colocó el balón donde era necesario y cuando era necesario. El francés solo tuvo que tirar de su repertorio de remates cruzados para subir al tercero al marcador blanco.

La reacción del Celta

Ocurre que en este Real Madrid de cristal ya nada es lo que parece. No hizo falta que el Celta trajera las 'meigas' de casa, tienen estas ya un placo VIP a su nombre en el Bernabéu. En siete minutos, entre el 69 y el 76, Javi Rodríguez y Williot (maravillosa asistencia de Aspas) redujeron la distancia a un gol y Courtois impidió tres después, en el 79, el empate de Durán.

Respondió entonces con pitos un Bernabéu que acababa de pasar de la euforia a un tembleque que no evaporó hasta que el árbitro señaló el final del encuentro, descompuesto y roto el equipo en esos minutos finales, pidiendo la hora tras haber ido ganando por 3-0. Nadie recordará este partido si ocurre un milagro y el Madrid acaba ganando esta Liga. Aunque, a decir verdad, no tiene ninguna pinta de que eso vaya a pasar. Montjuïc, el domingo que viene, pondrá luz.

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