El Barça sella el pase a semifinales de la Champions el día de su redención (6-1)

La cambió la cara a este Barça. No solo volvió a sonreír, sino que también dejó atrás el rictus tenso y se relajó. Se deshizo de su versión rígida y fluyó. El equipo de Pere Romeu selló su pase a las semifinales de la Champions con una nueva goleada ante el Wolfsburgo (6-1) y echó los fantasmas y las dudas que sobrevolaban sus cabezas. El vestuario unido y un cuerpo técnico comprometido le dieron la vuelta a unos días complicados tras la derrota ante el Real Madrid. Sacó su carácter de campeón para echar a andar hacia Lisboa.

Y lo hace un Barça mucho más reconocible. Más sólido y ágil, menos dubitativo. El vestuario supo cómo darle la vuelta al golpe duro que supuso la derrota ante el Real Madrid en liga. La Champions le sienta bien al Barça. Se desinhibe, deja atrás las dudas. Contra el equipo alemán volvió a sentirse cómodo en su piel. Disfrutó del control del balón y de crear peligro.

Y con la comodidad de ser él mismo, el conjunto de Pere Romeu lo gozó. Se movió sobretodo en la banda izquierda, con Salma Paralluelo y Esme Brugts como puñales. La de zaragozana no está viviendo una temporada fácil. Entró tarde en la rueda de rotaciones, por estar de baja por su plan de readaptación física, y ahora, en el momento clave de la temporada, le está costando reencontrarse con el fútbol que tanto la hizo brillar.

Contra el Wolsfburgo, Salma volvió. Situado como delantera centro, fue referencia. Combinó a placer con Aitana Bonmatí después de un robo en la salida del balón del equipo alemán. La catalana le puso el esférico pegado al pie a tres cuartos de campo y desde ahí se coló en el área, y con un chut cruzado ajustado al palo largo arruinó las pocas esperanzas del equipo alemán de poder remontar la eliminatoria.

De sus botas también salió el segundo azulgrana, esta vez tras una combinación con Esme Brugts. Con la puntera de la bota derecha pinchó el balón raso y lo envió al fondo de la portería. Bailó con Jana y Vicky sobre la verde. Una celebración que espantaba fantasmas. A pocos minutuos del descanso, Brugts se sumó a la fiesta de Salma. Con un potente chut superó Borbe y puso el tercero para las azulgranas. La eliminatoria estaba cerrada, más aún de lo que el equipo azulgrana lo hizo en la ida. Solo tocaba dejar pasar los minutos y evitar lesiones y sustos.

En la segunda parte, con las rotaciones, Claudia Pina pisó el verde. La delantera está sacando su mejor versión este año y reclama minutos y oportunidades. Ante el Wolfsburgo volvió ser importante. En el 60 empalmó un balón en la frontal y con un derechazo letal puso el cuarto para las azulgranas.

Ahora, el Barça no pudo huir de su cruz esta temporada. Parece imposible dejar la portería a cero. Un equipo que siempre ha defendido unos números de goles encajados ínfimos, esta temporada no consigue cerrar a cal y canto su portería. Ya lo hizo en la ida el equipo alemán y volvió a repetir la fórmula en el Johan Cruyff. Beerensteyn puso el gol del honor a los pocos segundos de que se terminara la celebración de tanto de Claudia Pina.

Pero la catalana no permitió que pereciera el amargo sabor de boca. Se hizo con el balón en la frontal y, en una falta a unos metros de la línea, le pegó con desquite. Rebotó contra el palo y cayó dentro con delicadeza. Todo lo contrario que el mísil que envió Mapi desde tres cuartos de campo. La defensa aprovechó una falta lejanísima para poner el sexto. Puño en alto y sonrisa de oreja a oreja. Set y partido para el Barça.

El Barça se deslizó hasta las semifinales de la Champions, donde se enfrentará al que gane en el duelo entre Manchester City y Chelsea. Solo le quedan dos partidos para plantarse en Lisboa.