David Domínguez, del Zamora Enamora, se adjudica el 52º Memorial Valenciaga

El catalán David Domínguez, ciclista del Zamora Enamora, que había rozado la victoria en varias pruebas esta temporada, acudía con el cuchillo entre los dientes a la 52ª edición del Memorial Valenciaga, una de las pruebas más prestigiosas del panorama nacional en categorías Élite y Sub-23. Un escenario ideal para saciar su hambre de triunfos y elevar los brazos en línea de meta, demostrando su gran proyección en el mundo de las dos ruedas y el trabajo que su equipo está haciendo esta temporada. Una recompensa justa a sus esfuerzos que llegó en una jornada en la que tanto él como los hombres de Manuel Campesino midieron fuerzas con los mejores para alcanzar la gloria, dando todavía más brillo al éxito obtenido.

Domínguez, en la lista de favoritos al triunfo, jugó bien sus cartas y llegó al final de la carrera con sus opciones intactas. Un tramo en el que se las tuvo que ver con otros dos de los presumibles candidatos a encabezar el podio, Iker Mintegi (Laboral Kutxa) y Jorge Gutiérrez (Finisher). Dos duros adversarios a los que consiguió dejar atrás con un grandioso ataque a tres kilómetros de meta, punto elegido por Domínguez para dar todo lo que tenía dentro y jugarse el triunfo.

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El 52º Memorial Valenciaga arrancó, como es costumbre, con unos primeros intentos de fuga que no tomaron forma, siendo la primera escapada en consolidarse una compuesta por doce corredores. Un grupo en el que se coló José Hernández (Zamora Enamora) y que llegó a liderar la prueba durante 50 kilómetros antes de la ascensión a Ixua, en la que este bloque se partió en dos.

En las duras rampas vascas, David Domínguez inició su exhibición, siendo el mejor escalador en esta subida a Ixua donde moría la fuga y daba lugar una nueva carrera. Una dominada por el corredor del Zamora Enamora junto a Mintegi y Gutiérrez, que se separaron de un Edgar Cadena (Telco) que perdió el tren de la victoria tras mostrar gran poderío en la escalada.

El trío de cabeza quería jugarse la victoria sin interrupciones y, por ello, juntos pusieron pies en polvorosa para separarse del resto de contendientes para llegar a los últimos diez kilómetros de la prueba con una renta de un minuto sobre los demás ciclistas. Perseguidores que no trabajaron en equipo y dejaron a los tres escapados pelear por su cuenta por la victoria.

La pugna, sin ayuda de sus respectivos equipos, se la iba a llevar el más fuerte; el más hábil y quien mejor estrategia pusiera en práctica. Y ese fue David Domínguez, cuyo gran momento de forma por fin le permitió cruzar primero la línea de meta. El de Zamora Enamora aguardó al momento decisivo y ya dentro del casco histórico de Eibar, final clásico de la prueba, lanzó un terrible ataque al que ni Mintegi ni Gutiérrez pudieron responder, logrando esa ansiada victoria que celebró a lo grande junto al resto del equipo zamorano.

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