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2022, un año difícil para el deporte zamorano

2023 llega con numerosos problemas para los clubes y deportistas zamoranos que intentan sobrevivir a duras penas tras la crisis de la pandemia

La afición ha dejado de llenar las gradas del Ruta de la Plata. | |  ANA BURRIEZA

La afición ha dejado de llenar las gradas del Ruta de la Plata. | | ANA BURRIEZA / Manuel López-Sueiras

Manuel López-Sueiras

Manuel López-Sueiras

El deporte zamorano afronta un duro reto durante 2023. Tras superar los condicionantes de la pandemia, la situación se ha complicado bastante en los principales clubes de la provincia que intentan conseguir una nueva identidad para salir adelante en unos momentos de crisis económica y deportiva. Porque el deporte zamorano lleva tiempo viviendo, quizás por encima de sus posibilidades. Provincias cercanas y con un incomparable nivel económico, a duras penas son capaces de mantener un nivel en el deporte de élite que en Zamora llevamos tiempo disfrutando pero con una clara incertidumbre sobre, dónde estará el límite. Esta es una reflexión que deberían haber afrontado en profundidad las instituciones y las empresas privadas pero nadie se ha atrevido a dar un paso adelante buscando salidas. Las instituciones suelen actuar con un claro objetivo electoral que este año, además, queda patente con la inminencia de los comicios locales que afectan, tanto a la Diputación Provincial como a los ayuntamientos, principales financiadores del deporte; y en el campo privado, la crisis económica condiciona y condicionará negativamente a corto plazo el nivel de ayudas que se han producido hasta el momento.

A nadie se le escapa que el deporte zamorano no podría vivir hoy por hoy sin el apoyo del principal patrocinador como es Caja Rural que no ha parado de hacer esfuerzos y no ha negado a nadie el apoyo durante las últimas décadas. Pero los fondos de Caja Rural tienen un límite y la expansión de la entidad bancaria zamorana no para, con lo que ha comenzado a mirar también a otras provincias donde además no siempre es más caro sponsorizar al deporte. El patrocinio privado tiene sus límites y el oficial no puede constituir prácticamente el único apoyo para nuestros clubes, como ocurre en algunos de ellos.

Parece ya superado aquel viejo debate que enfrentaba deporte de élite y de base y ya casi todos los clubes tienen claro que el modelo debe ser el de conjuntar cantera y élite. Pero la inversión en la base es, o debería de ser, muy costosa si queremos una verdadera eficacia, y la élite no debe poner en riesgo el futuro de nuestros clubes.

Nadie sabe si los dirigentes deportivos tienen claro todo esto que, por otra parte, no es más que exponer una situación de la que todo el mundillo deportivo es consciente. Pero el futuro a corto plazo no se presenta nada sencillo y de los momentos de gloria que ha pasado el deporte zamorano en la última década desde que el FS Zamora alcanzó la máxima categoría que luego también lograrían Zamarat y BM Zamora, o desde que el Zamora CF logró la estabilidad en Segunda B y luego llegó a acariciar la élite con la Primera RFEF, podría pasarse a una caída en picado.

Zamora CF

Las alarmas han saltado en las últimas semanas con el primer club de fútbol de la provincia como es el Zamora CF, que consiguió alcanzar las más altas cotas de su historia con la conversión en sociedad anónima. La situación económica de los rojiblancos es muy delicada actualmente, una situación que coincide con un gran bajón en el respaldo de la afición que se ha producido tras el descenso de categoría en el pasado verano. El número de socios ha mermado significativamente y las entradas en el Ruta de la Plata recuerdan a las de los peores años de la crisis “post Casas” que vivió el club.

Hoy el Zamora CF vive sumido en una categoría insulsa en que se mide con “equipos de pueblo” y a duras penas está consiguiendo mantenerse en los puestos que dan derecho a luchar por el ascenso. El comienzo de la temporada ha contribuido a esta decepción y, pese a que los resultados deportivos han mejorado sensiblemente, habrá que esperar a que haya suerte al final de la temporada y un éxito en el play off de ascenso pueda recuperar el apoyo de la afición que, todos sabemos, suele ir y venir con enorme facilidad.

Los jugadores del Zamora CF celebran su última  victoria ante Bergantiños. | ZCF

Los jugadores del Zamora CF celebran su victoria ante Bergantiños. | ZCF / Paz Fernández

BM Zamora

Preocupante se presenta también la situación de otros de los equipos que no hace tanto estuvieron en la máxima categoría nacional como es el Balonmano Zamora que realiza un enorme esfuerzo en el trabajo con la cantera y ese esfuerzo le está afectando negativamente al equipo de élite que ya el año pasado lo pasó mal para conseguir la permanencia en la división de plata nacional, y este año, la situación ha vuelto a complicarse enormemente.

El panorama para 2023 es pues incierto porque tampoco sabe nadie de qué forma afectaría a las categorías inferiores un descenso del primer equipo. Nadie cree que el cambio de presidente influya en esta situación porque, al fin y al cabo, la directiva es la misma que creó el club y que lo llevó al máximo nivel nacional. Pero urge recuperar aquel bloque de jugadores que funcionaba a la perfección años atrás independientemente de los refuerzos que llegasen cada temporada.

CB Zamora

Por lo que respecta al CB Zamora, a nadie le extraña el complicado comienzo de temporada que ha tenido el club de Gerardo Hernández de Luz porque es algo habitual en la historia reciente de la entidad. La estrategia todos los años es la misma: esperar a que la temporada haya comenzado para cerrar los últimos refuerzos y conseguir así un importante ahorro económico. Poco se le puede exigir más al CBZ porque el baloncesto masculino español se mide en unos presupuestos inalcanzables como queda patente al considerar que la LEB Plata está compuesta por equipos de localidades con importantísimos recursos como pueden ser Pamplona, Logroño, Cornellá, Hospitalet, Ponferrada, Las Palmas, Menorca, Huesca o la cercana Salamanca, con clubes de una larga trayectoria en el basket profesional ante los que una ciudad como Zamora poco tendría que hacer si no llega a ser por la imaginación, el trabajo y la ilusión que ponen los miembros del cada año mayor grupo humano que conforma este histórico club.

Es jugar en la cuerda floja, y cualquier año pueden complicarse las cosas, pero el CB Zamora sabe lo que es sobrevivir en la categoría inferior y no tardaría en regresar a Plata. Por otra parte, ascender no deja de ser una quimera porque sería dar otro salto en el abismo para codearse con rivales de presupuestos inconcebibles por estas tierras.

CD Zamarat

Por contra, el baloncesto femenino sigue siendo, aunque cada vez menos, un deporte mucho más asequible económicamente para ciudades como Zamora. El Zamarat consiguió mantenerse durante toda una década en la máxima categoría sin deber un euro a nadie, como lo hace todavía, por ejemplo, el Bembibre, en una comunidad como Castilla y León en la que el ejecutivo autonómico no llega, ni de lejos, al nivel de apoyo a los clubes que prestan los de otras comunidades. El equipo naranja perdió la categoría pero se quedó a solo diez minutos de recuperarla en la pasada campaña. La situación es parecida este año y si antes era el Barcelona el equipo a batir, ahora es el Baxi Ferrol el que aparta a las zamoranas del primer puesto de ascenso directo que está a solo una victoria a día de hoy.

En todo caso, jugar el play off por la segunda plaza de ascenso también este año no debe ser ningún problema. 2023 puede ser pues un buen año para el Zamarat que sigue consolidando su cantera y que luchará también por recuperar a su equipo masculino de Liga EBA.

Piragüismo

El otro gran deporte zamorano es el piragüismo y 2023 no se presenta nada halagüeño. La división de nuestros clubes y el casi desprecio institucional en el que ha caído la modalidad que más éxitos nacionales e internacionales ha dado al deporte zamorano, ha situado al piragüismo en una delicadísima situación. Aquí sí que se echa en falta un buen liderazgo político que afronte seriamente el futuro de este deporte, un liderazgo que nadie ha querido asumir en la última década y que puede suponer que Zamora pierda su mayor riqueza deportiva.

Hay que apostar por la recuperación de un club verdaderamente potente que pueda competir como lo hizo durante mucho tiempo Amigos del Remo en el ámbito nacional, y poner el punto y final a la falta de entendimiento que mantienen los propios palistas, y la mayoría de los deportistas, con el Ayuntamiento sobre las instalaciones deportivas municipales.